VALÈNCIA. ‘Tic-tac’. Iborra cuenta las horas para regresar a su 100% y, por fin, formar a pleno rendimiento a las órdenes de Julián Calero. El Levante todavía no ha podido disfrutar de la mejor versión del moncadense esta temporada, lastrado por dos lesiones de importancia que han ido frenando su ímpetu por volver a agradar a Orriols. Primero fue el recto femoral, en plena pretemporada; después, en octubre, la maldita fascitis plantar que le ha mantenido casi dos meses en el dique seco. El eterno capitán se ha perdido la mitad de los encuentros de Liga que van este curso y solo ha sido titular en uno.
“Está al 100%. Hay otros compañeros que están jugando y están también muy bien”, comentó el técnico el pasado mes de septiembre, cuando el centrocampista ya había jugado su único partido de inicio y no había vuelto a ser parte del once de arranque. Calero restó importancia a la falta de protagonismo de un jugador que viene de ser campeón continental con Olympiakos y que, además, rindió a un alto nivel como pieza fundamental del engranaje de Mendilibar. No obstante, entre problemas físicos y la estudiada medular del preparador de Parla -con Oriol Rey, Kocho, Pablo Martínez y Carlos Álvarez como principales estandartes-, Iborra no solo no ha tenido los minutos deseados, sino que también ha ido permutando en posiciones. Sorprendió su introducción como central en Ipurúa en la búsqueda de centímetros por parte del cuerpo técnico.
Aún así, lo que ha destacado siempre Calero acerca de su primer capitán es su fuerza en el vestuario. Con más o menos minutos, y más o menos tiempo entre las paredes de la enfermería, Iborra es el líder del barco granota. “Hablo con él mucho, da gusto hablar con él y las situaciones en la temporada vienen como vienen. Es muy sensato, está disponible y en buena disposición. Es uno más de la plantilla. Importante, eso sí, importante”, dijo el entrenador. Es habitual, además, ver a Iborra con sus compañeros antes de saltar al césped.
La importancia de Iborra trasciende del césped. Para Calero es hombre insustituible en lo que representa para sus pupilos, casi como la mano de un entrenador entre el propio “gallinero”. Su elongación en el campo. Sin embargo, el moncadense quiere seguir peleando por sus minutos y dar opciones para el nutrido centro del campo del Levante, la posición que menos ha padecido los vaivenes del mercado y las estrecheces con las que ha jugado Felipe Miñambres. Iborra escucha su ‘tic tac’, aunque todo apunta que seguirá arrancando desde el banco frente al Córdoba.