VALÈNCIA. El Valencia Basket dijo este martes adiós a la Euroliga femenina tras acabar quinto una fase de grupos a la que 'llegó tarde' y en la que, a pesar del arreón final de buen juego y mejores sensaciones, las cuatro victorias consecutivas finales no le bastaron para conseguir el pase a los cuartos de final.
Al equipo 'taronja' no le ha bastado con el revulsivo de la ucraniana Alina Iagupova para enderezar su irregular primera vuelta y las derrotas a domicilio ante el Casademont Zaragoza, el DVTK y el Schio terminaron siendo claves para que haya quedado eliminado en su segunda participación en la Euroliga.
El Valencia venció de manera contundente al Beretta Famila Schio (87-60) en la última jornada pero no dependía de sí mismo. Tenía que ganar y esperar que el Lublin polaco, colista y ya eliminado, derrotara a domicilio a un Casademont Zaragoza que se jugaba en casa su clasificación, por lo que salió en tromba a asegurar el pase.
El equipo de Rubén Burgos empezó mal la primera jornada, con una derrota sin paliativos (96-66) ante Fenerbahce, en un encuentro que llegó justo después de haber ganado la Supercopa LF Endesa y en el que no jugaron ni Queralt Casas, ni Raquel Carrera por unas molestias. Pero era algo que podía ocurrir ante el vigente campeón de la competición.
No obstante, en los siguientes tres partidos Valencia mostró su verdadero potencial: en la vuelta de la australiana Rebecca Allen, que llegaba para ser la estrella exterior del equipo, consiguió una fácil victoria ante el Lublin polaco (64-45); después logró un triunfo de prestigio ante el Asvel (61-70), que aún no contaba con la francesa Marine Johanness, y también venció 68-57 al Sepsi rumano, escalando posiciones y metiéndose entre las cuatro primeras.
Sin embargo, esa buena dinámica se vio truncada en Zaragoza. A pesar de un buen primer cuarto, las aragonesas desarmaron a las valencianas a partir del segundo y las de Rubén Burgos mostraron su peor cara, perdiendo 59-47 en un partido que mostró la irregularidad defensiva del equipo.
Ocurrió también ante el DVTK y ante el Schio italiano. La defensa, seña de identidad de las 'taronja', se perdió por momentos en los que el Valencia era incapaz de atajar la sangría defensiva, recibía altos parciales, mientras que en ataque la circulación de balón no era suficiente para conseguir canastas fáciles.
La lenta adaptación de la pívot Merrit Hempe y de la ala pívot Nadia Fingall mermó el juego interior de Valencia, tocado por la ausencia por lesión de Raquel Carrera. Sin embargo, ambas ahora están demostrando su valía y ante el Schio Fingall anotó veinte puntos en apenas once minutos y ante el DVTK Hempe metió 24 puntos.
Pero además, esa falta de acierto en el juego interior también se trasladó al juego exterior, donde el equipo no conseguía anotar de tres, por lo que los rivales colapsaban pintura con facilidad y las de Burgos no podían anotar.
Así ocurrió en la derrota ante el DVTK (67-56), en la segunda parte del partido ante el Schio (77-72) y en la vuelta ante el Fenerbahce (64-88), lo que marcó la mala dinámica del equipo, que, tras ganar con solvencia al Lublin (60-87), se vio muy superado por Asvel (70-91).
Con la salida de Rebecca Allen por motivos personales, el Valencia intentó solventar la situación, buscó un nuevo fichaje estrella y lo consiguió con la ucraniana Alina Iagupova, aunque llegó casi un mes después de la salida de la australiana. Y desde ahí volvió a encadenar victorias, con mejores sensaciones grupales y un arreón que sin embargo no bastó.
Los contundentes triunfos ante Zaragoza (85-56), DVTK (84-59) y Schio (87-60), equipos que sí estarán en cuartos, demostraron que el Valencia puede hincar el diente a cualquiera y subrayó el poderío grupal del conjunto entrenado por Rubén Burgos.
Así, esto puede servir al club para buscar la manera de retener a Iagupova de cara al año que viene y, en cualquier caso, para insistir en la necesidad de terminar primero en fase regular de la Liga Femenina para asegurarse una plaza para la que sería su tercera Euroliga.