VALÈNCIA. El Valencia Basket cerró este lunes el año 2024 con una cómoda victoria ante el Hiopos Lleida, una más en la prometedora segunda parte de un año en cuyo inicio acumuló otro fracaso en el final de la campaña 2023-24 que le llevó a recurrir al idolatrado Pedro Martínez para enderezar un proyecto que mira ya a su traslado de la Fonteta al Roig Arena.
La 23-24 fue la segunda campaña de Álex Mumbrú en el banquillo y estuvo marcada por la falta de confianza de buena parte de la afición en su trabajo. Aunque la marcha del equipo era mejor que en el primer ejercicio, y más con la creciente complejidad de compaginar la acb y la Euroliga, las quejas se encadenaron.
Tras haber cumplido sin alardes al llegar a la semifinal de la Copa, la situación estalló el 4 de abril. El cambio de formato de la Euroliga, con la introducción del ‘play in’, hizo que el Valencia llegara con opciones a la penúltima jornada de la larga fase regular pero, su vergonzosa derrota en la Fonteta contra un ASVEL que ya no se jugaba nada, le dejó sin posibilidades de clasificarse e hizo arreciar las críticas en la Fonteta.
Al dia siguiente, el club anunció la destitución de Mumbrú y el ascenso del prometedor técnico de la casa Xavi Albert. Su llegada sirvió para calmar los ánimos pero no evitó que se consumara la decepción al caer en cuartos de la acb ante el UCAM Murcia.
El divorcio con la afición y la ‘necesidad’ de enderezar el rumbo en la campaña previa al complejo e ilusionante cambio al Roig Arena hizo que la entidad apostara por recuperar a Pedro Martínez, el técnico que le condujo al título de la acb en la campaña 2016-17 pero al que la entidad se había resistido a volver a contratar tras un final laureado pero abrupto de su primera etapa.
Idolatrado por la Fonteta, el técnico ha contado con una confianza absoluta interna y del entorno para poner en marcha su proyecto. Además, no jugar la Euroliga sino la Eurocopa, al no recibir una invitación, ha disminuido notablemente la dificultad de compaginar el torneo continental con la acb.
De hecho, aunque públicamente el discurso era otro, en la entidad internamente se entendía que era más sencillo ganar la Eurocopa y asegurarse poder jugar la Euroliga en su primera campaña en el Roig Arena que cualquier otro escenario, tanto deportivo como en los despachos. El club sigue con una negociación abierta para obtener una plaza estable en la máxima competición europea.
La llegada de Pedro Martínez hizo cambiar el rumbo de la renovación de la plantilla que había iniciado el Valencia. Con su visto bueno y atraídos en parte por su imagen de mejorador de jugadores llegaron Brancou Badio, Jean Montero, Nate Sestina o Matt Costello.
Además, en estos meses ha recuperado a jugadores que iban a la baja como Josep Puerto, Xabi López-Arostegui, Jaime Pradilla y Nate Reuvers, ha introducido con éxito al canterano Sergio De Larrea en la primera plantilla y ha conseguido que el talento de Stefan Jovic, Chris Jones y Semi Ojeleye se sume a su personal propuesta de juego.
Con un equipo reformado, el técnico ha desplegado un juego rápido en ataque y con una enorme ambición en el rebote ofensivo que le ha permitido desarbolar a muchos de sus rivales en este inicio de campaña y superar en muchas ocasiones los cien puntos, como volvió a ocurrir ante el Lleida.
El Valencia ha completado un brillante inicio de campaña y cierra 2024 como líder indiscutible del grupo B de la Eurocopa y su clasificación como primero de grupo encarrilada pero también como primero de la acb, donde tiene también asegurada su presencia en la Copa. Pero, además y sobre todo, ha cerrado la herida abierta con la Fonteta.