VALÈNCIA. El sábado volvió el Valencia de los últimos minutos para rescatar los puntos y sumar para prolongar la racha de seis jornadas sin perder que le han aupado de nuevo hasta una plaza europea (la séptima posición).
Este Valencia está demostrando una fe y una creencia en sus posibilidades a prueba de bombas. La demostración palpable es la cantidad de puntos rescatados en los tramos finales de los compromisos jugados en liga. En la jornada 7, gol salvador de Marcos André en el 95 para empatar a uno ante el Athletic de Bilbao. En la 9, goles in extremis de Guedes en el 93 y Gayà en el 98 para igualar un 0-2 ante el Mallorca. En la jornada 13, doblete de Hugo Duro en el 92 y en el 96 para igualar a 3 ante el Atlético; y el pasado sábado en el 86 gol de Piccini para establecer el 2-1 final ante el Elche.
Son 5 puntos que demuestran que el equipo no falla en los minutos finales, no sólo consiguiendo marcar, sinó impidiendo que los equipos contrarios le hagan gol. Desde que el Real Madrid le causara la primera derrota de la temporada, siendo el único equipo capaz de remontarle a los de Bordalás un encuentro, y desde que lo hiciera además en los minutos finales, ningún otro equipo le ha marcado un gol que fuera decisivo en el resultado final.
Desde el gol de Benzemá en el minuto 88, el Valencia perdió 3-1 en Sevilla en la jornada sexta pero los 3 tantos de los de Lopetegui llegaron en los 22 primeros minutos del partido. Coutinho le marcó un gol en el minuto 85 en el 3-1 del Camp Nou de la novena jornada, pero como quiera que el marcador ya era de 2-1 favorable a los de Koeman, no cambió el signo del marcador definitivo. Y la derrota 4-1 ante el Betis de la jornada 11 vio como el último gol encajado (el de Juanmi) llegaba en el minuto 68.
Desde aquella jornada undécima jornada, los de Bordalás no han vuelto a conocer la derrota, y por tanto no han vuelto a experimentar acciones desfavorables a sus intereses en los tramos finales de los encuentros. el golpe recibido ante el Madrid sirvió para que el colectivo aprendiera la lección. Ahora son sus rivales los que miran con preocupación el momento en que las manecillas del reloj llegan al último tramo de los partidos.