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VALÈNCIA. En diciembre de 2022, en la penúltima Junta de Accionistas del Valencia CF la directora financiera del club, Inma Ibáñez, pronunció, probablemente, una de las frases más duras que se han escuchado durante la etapa de plomo de Meriton Holgings LTD en el gobierno de Mestalla. "Los bancos tradicionales, en general en España, a nosotros con la trayectoria que tenemos no nos dan nuevos prestamos", comentó Ibáñez sin que se le cuartease el maquillaje por los lagrimones. Fue la explicación al movimiento del club de recurrir a Gedesco para hacer frente al pago de las fichas de la plantilla.
El Valencia, impotente para generar recursos propios suficientes como para afrontar los salarios de sus jugadores y con su máximo accionista reticente a inyectar más dinero, vuelve a llamar a la puerta de entidades financieras al margen de los bancos. El diario Las Provincias publicó este viernes que el club está negociando un nuevo préstamo de poco más de siete millones de euros con una empresa de financiación no bancaria, concretamente con Bravo Capital.
La reunión entre representantes del club y de esta empresa se llevó a cabo el martes y no está cerrada a la espera de las garantías que ofrezca a cambio el Valencia CF, según esa misma información.
No es la primera vez que el Valencia debe recurrir a financiación externa para asumir sus obligaciones de pago. La primera vez que recurrió a Gedesco fue en 2020. Y en la junta de accionistas de 2022 trascendió que había aplazado un pago de las nóminas de la plantilla, según reflejó en sus cuentas anuales. El club explicó entonces que acordó con sus futbolistas retrasar una parte de la remuneración que les correspondía en febrero de 2022. Solicitó financiación a una empresa de pagarés para que los jugadores cobrasen una parte de sus fichas por importe de 10,4 millones de euros hasta el 31 de diciembre de 2022, indemnizando con intereses a sus futbolistas por dicho retraso.
Los clubes con problemas de solvencia, como es el caso del Valencia, recurren a empresas ajenas a los bancos para que les presten dinero. Pero en este movimiento financiero de Inma Ibáñez sucede que la empresa con la que está negociando el club es la misma que da cobertura económica a Miguel Zorío, en su intentona de comprarle el club a Peter Lim a cambio de 250 millones.
La carta de intenciones que publicó Zorío el martes la firma la empresa Toro Finance (que utiliza la marca Bravo Capital), firma de financiación de medianas empresas que está controlada por el fondo americano AlpInvest (grupo Carlyle). En la fecha de la firma de la carta de intenciones, el pasado 22 de diciembre, Toro Finance estaba en proceso de venta impulsado por AlpInvest, como publicó recientemente El Confidencial.
Miguel Zorío confirmó este viernes que el Valencia ha llamado a la misma empresa que él tiene detrás para comprar el club. En su línea argumental, Zorío defiende su operación y arremete contra el portavoz del club, Javier Solís. "Seguimos adelante con la operación de compra del Valencia CF, a pesar de los intentos de Javier Solís y sus cuatro amiguetes ejecutivos 'limeños' del club en difundir informaciones que no tiene ningún crédito. Intentan decir que no tenemos el apoyo de Toro Finance para comprar por 250 millones a Peter Lim. Es absolutamente falso; la documentación que he presentado viene firmada por el consejero delegado y le recuerdo a Javier Solís, que este semana en las oficinas del Valencia esa misma empresa y ese mismo fondo firmó una operación para que los jugadores pudieran cobrar sus fichas. Y esa misma empresa me pidió permiso para que cobraran los jugadores por si había incompatibilidad entre las dos operaciones, y yo le dije que, por favor, pagaran a los jugadores porque si no corrían el riesgo de bajar a segunda división. Así que a ver si nos ponemos a trabajar Javier y menos milongas", comentó el exvicepresidente del club y líder de la plataforma opositora Marea Valencianista.