El Valencia retoma tras 16 años el Nou Mestalla, al que fía su viabilidad y que crea dudas

9/01/2025 - 

VALÈNCIA. Tras 5.806 días paradas, es decir 15 años 10 meses y 22 días, el Valencia retomará este viernes las obras del Nou Mestalla, un proyecto al que fía su futuro pero que genera dudas en varios colectivos de aficionados y accionistas minoritarios, que han pedido su paralización, como también en la oposición y en parte del propio gobierno municipal del Ayuntamiento de València.

El club ha vuelto a su posicionamiento de hace veinte años y ve la operación como la manera de enjuagar su gran deuda, principalmente con la venta de las parcelas de Mestalla. También lo ve como una manera de ser más sostenible, pues defiende que aumentarán notablemente sus ingresos por la explotación del recinto.

Este viernes, el Valencia hará un acto privado para celebrar la vuelta de las obras con el arquitecto Mark Fenwik, responsable del primer y del actual proyecto, y representantes de FCC Construcción, a la que le ha encargado finalizar el recinto. Este jueves ya hubo una primera visita y desde hace días se ha empezado a preparar el terreno para una etapa que aspira a cerrar un 'culebrón' de más de dos décadas.

La idea de la entidad es presentar este mismo viernes digitalmente su nuevo plan, dado que existen diferencias significativas entre el proyecto inicial de hace un año, el básico con el que le dieron la licencia en verano y el de ejecución de octubre. Según la entidad, se trata en algunos casos de importantes mejoras.

El club no ha ofrecido un presupuesto definitivo. En la turbulenta junta de accionistas de diciembre pidió permiso, y su máximo accionista Peter Lim se lo concedió 'a sí mismo', para solicitar otro préstamo de hasta 325 millones, de los que hasta 260 se podrían dedicar a esta operación pero tampoco se ha detallado esa partida.

Quedarse en Mestalla

Varios colectivos de aficionados valencianistas, opuestos a la gestión de Lim, principalmente Libertad VCF y 'Últimes Vesprades a Mestalla', han advertido que la operación económica puede llevar a la ruina al club y más si el equipo desciende.

Defienden la opción de quedarse en un icono deportivo y social como es Mestalla, que creen que, reformado, puede ser un activo muy valioso para la entidad y para la ciudad y sobre el que ya no hay sentencia de demolición de una de sus gradas al haber caducado. El club asegura que no contempla esta opción.

En las últimas semanas, 'Últimes Vesprades a Mestalla' ha aportado testimonios de varios ingenieros y arquitectos que ven muchas deficiencias en el proyecto de ejecución. Entienden que es motivo para retirarle la licencia y así lo han solicitado esta semana al consistorio. Si no lo hace, estudian ir a los tribunales.

El proyecto truncado de una época dorada

En 2004, el Ayuntamiento y el Valencia cerraron un pacto para que el club construyera su nuevo estadio en una parcela municipal, que el consistorio le vendió por dinero, solares y derechos de uso del recinto. El club vivía una etapa dorada en el césped y en el lustro entre 1999 y ese 2004 levantó tras cinco títulos, incluidas dos Ligas, y disputó dos finales de la Liga de Campeones.

El proyecto, que aspiraba a ser uno de los mejores del mundo y a limpiar la deuda del club, se presentó en noviembre de 2006. Las obras se iniciaron el 1 de agosto de 2007; el 26 de mayo de 2008 un accidente costó la vida a cuatro trabajadores; y el 17 de febrero de 2009 se paralizaron por incapacidad de hacer frente a los pagos.

En estas dos décadas se han firmado varios convenios sobre las características que debía tener el estadio, también la obligación de que el Valencia construya o pague un polideportivo en Benicalap (algo que aún no ha hecho) y se habilitó un instrumento urbanístico por parte de la Generalitat, la ATE, para aumentar los beneficios urbanísticos del club en la operación.

Finalmente, el gobierno autonómico la caducó por los incumplimientos del Valencia en julio de 2022, una decisión ratificada por el TSJCV. Eso sí dejó abierta la opción de que el Ayuntamiento mantuviera las mejoras que se le habían otorgado al club.

El club ha rehecho varias veces el proyecto, generalmente a la baja en cuento a presupuesto y características. En estos veinte años la mayoría accionarial ha cambiado varias veces de manos. El proyecto de 2006 lo impulsó la familia Soler, que tenían entonces un control de la entidad que posteriormente pasó a la Fundació VCF.

En 2014 se lo vendió a Lim y, aunque en el proceso de venta, los entonces presidentes del club, Amadeo Salvo, y de la fundación, Aurelio Martínez, aseguraron que había un compromiso del empresario de que el club acabaría el estadio antes del centenario de 2019 y de comprar él personalmente la parcelas de Mestalla si no se vendían por 150 millones, nada de eso se reflejó como obligación en los contratos.

Cuatro años de batalla jurídica y política

Tras años sin noticias, en 2021 las administraciones empezaron a presionar al Valencia para encontrar una solución sin que el club se comprometiera a nada. Finalmente, el acuerdo en agosto de 2021 entre LaLiga y el fondo cvc permitía al Valencia disponer de unos 80 millones que solo podía gastar en temas estructurales y eso hizo que el club empezara a moverse.

No obstante, la falta de acuerdo con el Ayuntamiento, que gobernaban Compromís y el PSPV-PSOE, sobre las características del estadio y los usos que podría hacer el consistorio bloquearon un acuerdo que también estaba pendiente de la resolución sobre la ATE del TSJCV, que finalmente llegó en abril de 2024. Esa decisión aceleró todo.

El pasado 12 de julio, el consistorio, gobernado ahora por el PP y Vox, concedió una licencia de obras con algunos condicionantes, entre ellos, la presentación de un proyecto de ejecución antes del 12 de octubre, el reinicio de las obras antes del 12 de enero y la obligación de acabar en un máximo de treinta meses, es decir del 10 julio de 2027. Tras conocer la noticia, Vox calificó de "unilateral" la medida y la criticó.

La alcaldesa, María José Catalá (Partido Popular), ha defendido desde el inicio del mandato que esa concesión era técnica, como a cualquier otro particular, y que debía ser independiente del convenio que deben pactar el Ayuntamiento y el club. De hecho, dijo que no lo negociará hasta que las obras no estén avanzadas.

Los partidos de la oposición, Compromís y PSPV-PSOE, han mantenido que se debía tratar de manera conjunta la licencia, el convenio y las 'fichas urbanísticas', los cambios que se le conceden al club tanto en la parcela del actual Mestalla como en la del Nou Mestalla para aumentar sus recursos. Entienden que es la manera de poder negociar con el club un mejor acuerdo para la ciudad.

No obstante, las fichas se aprobaron finalmente a mitad de julio con los votos del PP, Compromís y PSPV-PSOE, aunque estos dos grupos dijeron que lo hacían como "mal menor" porque entendían que había riesgo inminente de que el club, y por tanto Lim, pudieran gozar de los derechos urbanísticos sin contrapartidas, un argumento que compartían con los 'populares'.

En ese pleno se aprobó realizar una auditoría externa del proyecto para establecer las penalizaciones si se vuelve a parar la obra, pero el Ayuntamiento explica que no se ha acabado aún.

Con la licencia concedida, las fichas aprobadas, los 80 millones de cvc y un nuevo préstamo encarrilado, el Valencia se lanza ahora a acabar el Nou Mestalla. Las máquinas ya están de nuevo en la avenida de Les Corts. 


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