Los de Marcelino abren una distancia inalcanzable con sus perseguidores por los lugares Champions. Volver a competir una sola vez por semana le ha dado el aire suficiente para sacar su mejor versión en la fase decisiva del campeonato.
VALÈNCIA. "Yo creo que ahora somos mejor equipo que en octubre. No tan eléctricos ni tan precisos como en aquel tramo pero en el contexto general somos mejor equipo". La frase es de Marcelino en la rueda de prensa tras la victoria 3-1 ante el Alavés y dibuja la solidez actual del grupo que dirige el asturiano. El Valencia ha puesto la directa hacia la Champions y no hay quien le aguante el ritmo.
Atrás queda el peor tramo de la Liga pero el propio entrenador avisó que ese (el del mes de enero con dos competiciones) no iba a ser un tramo decisivo en la competición de la regularidad y sí del KO. Aquel equipo se cayó, acusó las dos competiciones y el competir entre semana. Se le hizo eterno el mes de enero y perdió el colchón que había labrado en las trece primeras jornadas del campeonato.
El equipo de Mestalla comenzó el mes de enero en el tercer lugar de la tabla de clasificación con treinta y siete puntos. Le sacaba dos puntos al Real Madrid (cuarto con treinta y cinco) y con respecto a sus perseguidores por la Champions, la distancia era de ocho puntos por encima de los hispalenses (quintos con veintinueve) y de nueve por encima del Villarreal (sexto con veintiocho).
En el periplo del mes de enero (y primeros días de febrero) con liga y con Copa, el competir miércoles-domingo se le atragantó a los de Mestalla. Además se le fueron acumulando las bajas entre lesiones y sanciones. Esta situación hizo mella en el juego del equipo que incluso acusó un descenso en su eficacia goleadora. Santi Mina era quien veía puerta de manera más regular, aunque era insuficiente. Rodrigo aparecía de vez en cuando y Zaza y Vietto no eran capaces de dar con la portería rival.
El tema derivó en la pérdida del tercer puesto (mal menor) y lo que es peor en que los rivales se le acercaron a los valencianistas. Al finalizar la jornada veintidós (derrota 1-0 en el Wanda ante el Atleti) el Valencia era cuarto con cuarenta puntos (sólo el triunfo 1-2 ante el Depor en Riazor le permitió sumar). Por detrás, el Villarreal era quinto con treinta y siete, a tan solo tres puntos, y el Sevilla era sexto con siete menos, treinta y tres.
Sin embargo Marcelino avisó de que las cosas iban a empezar a cambiar con la vuelta a la disputa de un partido cada siete días. Para Marcelino era decisivo el volver a tener jornadas de descanso entre semana en periodos limpios de siete días sin competir. No se equivocaba.
A partir de ahí el Valencia CF despegó. Como se diría en Star Wars "saltó al hiperespacio" sin que los rivales puedan hacer nada más que mirar como se alejaban. Diecinueve puntos de los últimos veintiuno con diecisiete goles a favor y cinco en contra. La portería en contra a cero en dos encuentros. Desde entonces el equipo de Marcelino no para de sumar y de "zarandear a sus rivales" con mucha superioridad desde el día de la victoria ante el Betis por 2-0.
La racha comenzó con tres triunfos poco convincentes pero efectivos (alguno no exento de polémica). 3-1 ante el Levante en Mestalla, 1-2 en Málaga y 2-1 ante la Real Sociedad en casa. Después vino el único empate, 1-1 en San Mamés, en el que el equipo compitió a buen nivel en un encuentro que pudo caer de cualquier lado. Y después Mestalla se divirtió ante el Betis con victoria 2-0 como preludio del golpe definitivo a uno de los rivales. El equipo de Marcelino ganaba 0-2 en el Pizjuán y dejaba ya a los de Montella a once puntos. El sábado volvía a dar un recital y le ganab,a ofreciendo un buen espectáculo a su afición, 3-1 al Alavés.
En definitiva que los tres puntos de diferencia al Villarreal en la jornada veintidós se han convertido en la friolera de doce, y los seis al Sevilla ahora ya son catorce. El Valencia del partido único a la semana le ha metido en poco más de un mes nueve puntos de distancia en este periodo al equipo de La Plana y siete a los de Nervión.
Los rivales solo pueden mirar como los de Mestalla están en el mejor momento de la temporada en la fase decisiva del campeonato. Pese a perder por el camino a Mina (un mes fuera, pero volverá en breve) y a Coquelin (esta lesión es mucho más grave) el equipo no lo ha acusado. Rodrigo no para de amargarle la tarde a los porteros rivales, Zaza se ha vuelto a reencontrar con el gol, Parejo es llamado a la selección y -a día de hoy- no hay un medio centro en mejor forma que Kondogbia en toda la liga española.
Como bien "dibujó" Marcelino, el equipo ha perdido en cuanto a vistosidad pero ha ganado en consistencia grupal. De ello pueden dar fe sus competidores por los lugares Champions. El mejor Valencia ha vuelto en la fase decisiva del campeonato y sus rivales solo pueden mirarle. Eso sí, de lejos.