El Villarreal ha acabado una de sus temporadas más accidentadas, con episodios como el año de inactividad de Bruno Soriano, el encarcelamiento de Ruben Semedo y la venta de Cédric Bakambu, con la clasificación para la Liga Europa
VALÈNCIA. El Villarreal ha acabado una de sus temporadas más accidentadas, con episodios como el año de inactividad de Bruno Soriano, el encarcelamiento de Ruben Semedo y la venta de Cédric Bakambu, con la clasificación para la Liga Europa, que supondrá la décimo tercera participación del club castellonense en competiciones continentales.
Además, esta campaña es la quinta consecutiva en el que el equipo obtiene la clasificación europea, registro que nunca se había alcanzado hasta la fecha, lo que ha provocado que el presidente del club, Fernando Roig, haya calificado de "excelente" este logro, al tiempo que indicó que "hay que valorar mucho esta clasificación".
A lo largo del año, el club ha vivido situaciones que han marcado su camino, entre ellas la destitución del entrenador, Fran Escribá, con la temporada en marcha, después de varios años en el que no se produjera esta circunstancia con la competición ya iniciada, tal y como ocurrió en el verano de 2016 con Marcelino García Toral.
En el tramo inicial del actual campeonato una goleada en Getafe propició la destitución de Escribá y la llegada al banquillo de Javi Calleja, un técnico de la casa que procedía del filial y que seguirá la próxima temporada tal y como anunció el Villarreal este domingo.
A esa destitución se le debe sumar el caso Bruno Soriano, que no ha podido jugar con el equipo en ninguna de las jornadas de esta temporada. Sus problemas en la rodilla se complicaron y le han dejado fuera del equipo y con dudas de un posible regreso.
No contar en todo el año con un jugador de tanto peso como el capitán del equipo supuso un duro golpe para el equipo, que estuvo acompañado de otras ausencias importantes en diferentes fases de la competición por diferentes cuestiones.
Es el caso de los guardametas Sergio Asenjo y Andrés Fernández, además de Roberto Soriano, Nicola Sansone, Ruben Semedo o Denis Cheryshev, cuyas ausencias lastraron notablemente al equipo.
En el caso de los porteros, el club ha encadenado dos lesiones de rodilla de gravedad, por lo que durante casi toda la primera parte de la temporada jugó el tercer portero, Mariano Barbosa, mientras que en el caso de los futbolistas de campo, el año ha sido malo para Sansone, Roberto Soriano y Cheryshev, a los que les ha costado entrar en la dinámica del equipo.
A las lesiones se les suma uno de los casos más complicados de los últimos años, ya que la detención y posterior encarcelamiento del defensa Ruben Semedo, fue una complicación seria y parece aún lejos de resolverse.
Tras casi cinco meses fuera del equipo por lesión, el jugador portugués fue encarcelado por agresión, robo con violencia y otros delitos justo tras su regreso al equipo, aunque su caso está a la espera de juicio.
Al asunto de Ruben Semedo, se suma la venta del jugador más destacado del equipo, Cédric Bakambu después de que el Villarreal accediese al traspaso del jugador al fútbol chino por 37 millones de euros, lo que supuso un buen negocio, pero una merma deportiva destacada.
La ausencia del máximo goleador del equipo estuvo acompañada de la falta de acierto en el mercado invernal, aunque ninguna de esta circunstancias adversas han impedido que los hombres de Calleja fallaran en su lucha en pos del objetivo, ya que han sido capaces de solventarlas, superarlas y alcanzar la Liga Europa.
