VALÈNCIA. El Llevant volvió a la senda del triunfo, tras cinco derrotas consecutivas. Quedaba ya lejana la última victoria en Liga, aquel 3-1 al Celta que puso al equipo a 4 puntos de Europa y 13 por encima del descenso. Hoy era un partido decisivo. Perder (y que ganara el Mallorca) podía haber puesto la zona roja a sólo 5 puntos, antes de la visita al Madrigal y la del Madrid a Orriols. El 2-0 al Leganés asegura una distancia de 10 puntos, que serán 11 si no gana el Celta al Sevilla. Efectivamente, era el típico partido de 6 puntos. Y además el triunfo representa una recarga anímica considerable.
En la primera mitad el Llevant sintetizó al fin la mejoría que venía decantándose en El Sadar (hasta la desconexión del penalti) y en la segunda mitad del Camp Nou. La escuadra levantina jugó bien y tuvo acierto de cara a puerta. El míster López reivindicó, en rueda de prensa, que el éxito fue fruto de su filosofía futbolística, un claro reproche a quienes habíamos advertido de las consecuencias negativas de enrocarse en los mismos conceptos. Pero no fue exactamente así.
Si el Leganés no fue, en la primera mitad, el equipo correoso e incómodo de, por ejemplo, la primera vuelta, no fue, como excusó Aguirre, por falta de actitud, sino porque el Llevant se lo comió, con la omnipresencia física y táctica de Vukcevic en la medular, con la verticalidad de Bardhi y Rochina, con las subidas por banda de Toño y con la fiabilidad de la defensa y los mediocentros que (salvo alguna pérdida aislada de Campaña y Rochina) se mostraron infalibles, evitando situaciones de riesgo y jugando mucho más en largo de lo normal. Vukcevic, desde el centro, fue la brújula que supervisó gran parte de esta fiabilidad.
••• Vukcevic, motor diésel. En la segunda mitad hubo dos factores que contribuyeron al crecimiento del Leganés, sobre todo en la fase final: la amarilla que había visto el montenegrino en el 32', que condicionó su intensidad, y el cansancio, que lo llevó a encastrarse como un central más en esos 15 minutos finales. El año pasado, tras una gran crisis de resultados titulamos, en esta misma sección, que ‘el equilibrio era Vukcevic’ y, de hecho, la aportación del balcánico fue esencial para la salvación. Que nadie espere, sin embargo, su irrupción miraculosa. Es un futbolista diésel, que necesita el ritmo y la confianza que dan los minutos; mucho más útil que Radoja en el otro fútbol, el de taponar espacios, encimar al rival y detectar carriles óptimos para el rival y taponarlos, más complementario, en realidad, con el serbio que sustitutivo. De hecho, sus virtudes se multiplicarían, si jugaran juntos con asiduidad. Su fútbol además no es aparente, pero es obvio que, con él al lado, los futbolistas creativos del equipo se sienten más liberados.
••• Cambios acertados. Paco López acertó en los cambios, aunque cuando los hizo ya hacía diez minutos que se mascaba el 2-1 del Leganés. El partido se prolongó hasta el 98', pero López no reforzó defensivamente al equipo hasta el 87', con Duarte por Rochina, pasando a Postigo a la derecha y a Miramón por delante suyo. Fue absolutamente necesario, ya que el equipo venía sufriendo por aquella banda con la falta de apoyos a Miramón de un Rochina exhausto. En el 90' Pablo Martínez entró por Mayoral y echó a Vukcevic el cable que necesitaba como agua de mayo, en la contención del ímpetu pepinero. Muy acertado también. Ahí murió el partido, pero fue un riesgo permitir que el Leganés tuviese opciones francas de haberse metido en el encuentro: tuvo una clarísima que sacó Aitor y unos cuantos acercamientos peligrosos. Los granota también pudieron rematar el marcador, con dos ocasiones clarísimas, pero ni Mayoral ni Campaña supieron resolver su mano a mano con Soriano.
••• Bardhi, el autoestopista. A sus 24 años la proyección del macedonio es meteórica. Humilde y trabajador, ya no le hace falta lucir balón parado (en realidad apenas le dejan, tampoco) para ser el líder (sin galones) de la creación levantina, además del único jugón que colabora en labores de contención y que no tiene escrúpulos para meter el pie cuando la jugada lo requiere. Su cláusula es de 50 millones, pero parece obvio que un gran Llevant para el futuro pasa por seguir contando con la participación del chaval que hacía autostop cerca de Skopie para ir a entrenar a diario a 25 kilómetros de su casa.
••• Roger, mejor cada día. Con 29 años recién cumplidos y una cláusula de 30 millones (en teoría a partir de 12 el Llevant está obligado a escuchas ofertas), el de Torrent está en el mejor momento de su carrera y es, además, cada día un delantero más completo y eficaz. Roger siempre se queja de que debe hacer más que los demás para obtener el mismo reconocimiento. Y tiene toda la razón. El máximo artillero español del momento no está ni en el pensamiento de Luis Enrique y ni siquiera era, hasta hace nada, titular indiscutible en el once blaugrana. Roger es un filón de oro, sin embargo.
••• López, reforzado. Tras cinco derrotas consecutivas, algunas con sensaciones que invitaban a la depresión, Paco López ha conseguido enderezar el equipo, con paciencia, confianza y unas cuantas decisiones acertadas. La mejoría ya se vio en El Sadar y en la segunda parte en Barcelona. Ayer, en la primera mitad, en un partido decisivo, el Llevant fue una máquina perfecta: no cedió una sola ocasión al Leganés, no cometió apenas pérdidas en la salida del balón (una de las sangrías que había que restañar) y verticalizó su fútbol, gracias el empuje de Bardhi, Toño y Rochina y al trabajo denodado de Mayoral y Roger.
••• El 4-4-2 planteado por López fue mucho más eficaz que el 5-3-2 de Aguirre. Los carriles del Leganés se vieron desbordados constantemente con paredes de Bardhi con Rochina y de Toño con Campaña.
••• El Leganés, ya avanzada la segunda parte, metió una marcha más pero se topó con un Aitor que logró dejar la portería a cero.
••• Vukcevic cerró muy bien los espacios y supo hacer faltas en el momento clave.
••• El árbitro González González dejó pasar muchas faltas en contra del Levante.
••• Omeru frenó las carreras de Mayoral y Roger en solitario, dificultando mucho las entradas del Llevant por el centro de la defensa.
Llevant UD 2-0 Leganés (Orriols, 17.000 espectadores)
UNO A UNO: Aitor(7); Miramón (6), Postigo (6), Vezo (6), Toño (7); Rochina (7) (Duarte (sc) 87'), Vukcevic (7), Campaña (5), Bardhi (8); Mayoral (5) (Martínez (sc) 92'), Roger (7) (Morales (5) 79').
Paco López (8)
Goles: 1-0 Rochina, 21'; 2-0 Roger, 28'.