VALÈNCIA. El gran desafío de la exitosa historia reciente de la selección española de baloncesto tiene un nombre: Estados Unidos. En los últimos 19 años, España jamás se ha impuesto en partido oficial al equipo estadounidense, que le ha privado de dos oros y una final olímpica. Este martes (13.40 horas locales, 6.40 CET) se encontrarán antes de lo esperado, en cuartos de final. La derrota contra Eslovenia en el último partido del grupo (87-95) llevó a España al segundo bombo del sorteo de cuartos de final, diferente del de Estados Unidos que iba con los líderes como mejor segunda.
Al salir la bola de Italia contra Francia y la de Alemania contra Eslovenia, España tenía su suerte echada: el otro primero (Australia) tenía que enfrentarse con un tercero (Argentina), así que su camino solo podía pasar por EEUU. Así, la reedición de las finales olímpicas de Pekín 2008 y Londres 2012, y de la semifinal de Río 2016 llega antes de lo que habrían querido los jugadores españoles. En 2008, los españoles exigieron hasta el final (107-118) al equipo americano, en una de las finales más recordadas de la historia del baloncesto olímpico, donde se presentó al mundo Ricky Rubio, hoy estrella. En Londres 2012 se vivió otro duelo muy parejo, con idéntico ganador (100-107). En Río 2016, sus caminos se cruzaron en semifinales y el 'Team USA' avanzó a la final (76-82).
En Tokio 2020, el duelo hispano-estadounidense se adelanta una fase: se medirán por un acceso a los partidos que deciden medallas en el segundo turno de los cuartos de final del Super Arena de Saitama, después del Eslovenia-Alemania. Tras el choque entre españoles y estadounidenses se jugarán el Italia-Francia y el Australia-Argentina. La última vez que España se impuso al equipo de las barras y las estrellas en partido oficial fue hace 19 años, en el duelo por el quinto puesto en el Mundial de Indianápolis (EEUU) 2002, un 81-75 a un equipo norteamericano ya tocado por las dos derrotas anteriores que les habían dejado fuera de la medalla. En aquel partido anotó 19 puntos Pau Gasol, hoy en su 'último baile' olímpico.
EL ARMA DE DOBLE FILO DE LA HISTORIA
Volverse a encontrar a Estados Unidos es para España un arma de doble filo. Por una parte, saben que son capaces de competir contra le poderoso equipo estadounidense, porque ya lo han hecho. "Siempre les hemos dado guerra, les hemos dado la cara, les hemos tuteado. Ese es el objetivo", explicó este lunes Sergio Scariolo. Por otra, ese historial tiene un reverso negativo: el equipo español no puede jugar la carta de la sorpresa.
"La otra cara de la medalla de ganarte un respeto es que nadie juega despistado contra ti, nadie juega mal preparado, ni menos que al 100% de concentración y es lo que siempre hemos afrontado", repuso el preparador. El técnico italiano incidió en trabajar la recuperación física -será el segundo partido apenas 40 horas después de la derrota contra Eslovenia- y darle información "sintetizada" a sus jugadores, incidiendo en el control del rebote y el manejo de los minutos finales, dos elementos que fallaron contra Luka Doncic y compañía. Para Pau Gasol será la quinta vez que se cruza con los americanos en unos Juegos, incluyendo los tres precedentes ya citados y los cuartos de final de Atenas 2004 (94-102). En su caso hay un componente incluso emotivo: es la última oportunidad de su carrera de derrotar a los americanos en este escenario. "Los cuatro Juegos que he disputado hemos perdido contra ellos en diferentes momentos. Sería algo maravilloso y muy especial ser nosotros los vencedores", opinó Gasol en una rueda de prensa. "Es una oportunidad única para intentar acabar ganadores y estar otra vez en la lucha por las medallas", añadió.
LAS DUDAS DE ESTADOS UNIDOS
No es el de estos Juegos un equipo estadounidense monolítico, arrollador, que cuente sus partidos por exhibiciones. De hecho, en su estreno en Saitama ante Francia encajó la primera derrota (83-76) en unos Juegos en 17 años, desde la semifinal de Atenas 2004 en la que Argentina les apartó de la lucha por el oro.
El conjunto francés, con más de la mitad de sus jugadores en la NBA, realizó un buen trabajo defensivo, cerró bien el rebote y contó con una excepcional actuación de Evan Fournier (28 puntos), aprovechándose además de que los finalistas de la NBA, Jrue Holiday, Khris Middleton y Devin Booker casi acababan de llegar a Japón. La derrota fue una llamada de atención para Estados Unidos y puso en tela de juicio el trabajo de su entrenador, Gregg Popovich, que prometió que con el trabajo diario el equipo acabaría respondiendo. Ante Irán, el rival más débil del grupo, incorporó a Holiday al quinteto inicial para mejorar el trabajo defensivo y los americanos ganaron con comodidad (120-66).
Frente a la República Checa les costó más, pero apareció Kevin Durant, con 23 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias para resolver el encuentro (119-84). España es el primer obstáculo de peso para el equipo de las barras y las estrellas. Un rival que fue capaz de minimizar al esloveno Luka Doncic a 12 puntos, aunque no les sirviera para ganar, y que les exigirá concentración y mayor esfuerzo defensivo para contener a Ricky Rubio y el juego interior de los hermanos Gasol. Un gran desafío para ambos que llega antes de lo previsto.