VALÈNCIA. Samuel Días Lino, "Samuel Lino", llegó al Valencia CF el 28 de julio del pasado verano. El extremo brasileño llegó a préstamo procedente del Atlético de Madrid quien a su vez lo compró del equipo portugués del Gil Vicente. Sus 13 goles y 5 asistencias en 37 partidos llevaron al club colchonero a abonar 6.5 millones de euros para hacerse con un jugador que sin ser representado por Jorge Mendes llegó al colub de Mestalla bajo el influjo del súper-agente portugués.
Durante el primer tercio de temporada, Lino fue indiscutible en los onces de Gennaro Gattuso. Diestro a pierna cambiada sus regates, su descaro y su uno contra uno le convirtieron en un futbolista esencial para el juego vertical que proponía el técnico calabrés. Suyo fue el último gol que sirvió para sumar fuera de casa (en noviembre ante la Real Sociedad) y suya fue la última actuación brillante en Mestalla para derrotar al Betis forzando la jugada que sirvió para la expulsión del bético Edgar y que dio paso al gol de falta de André Almeida con el que los blanquinegros abrirían la goleada 3-0 ante los béticos. Todo iba tan rodado que incluso se especuló con el hecho de que el Atlético podría hacerle un hueco al brasileño a la vuelta de su cesión en Mestalla.
Con la crisis que se llevó por delante a Gattuso (4 partidos sin ganar, sólo un empate) y en el periodo de transición de Voro (3 derrotas más), Lino fue cayendo en la vulgarización que arrastró al equipo desde la zona media al área de peligro de la clasificación. Y a excepción de la media hora final ante Osasuna, en la que inicia la jugada del tanto anotado por Justin Kluivert, el papel del brasileño se ha ido reduciendo hasta el punto de ser carne de banquillo en 3 de los últimos 6 encuentros disputados por el equipo.
Con dos goles convertidos y dos asistencias, la finalísima en Elche podría suponer una nueva reválida para el brasileño. Confirmadas las bajas en la zona de atacantes de Hugo Duro por sanción, la de Kluivert y Marcos André por lesión, y la más que dudosa participación de Samu Castillejo al arrastrar molestias, vuelven a abrir las puertas de la titularidad al de Santo André.
Para la reválida del Martínez Valero va a hacer falta la mejor versión de Samuel Lino. La del extremo veloz, que encaraba, que iba con descaro al uno contra uno y que armaba la pierna a la mínima. De hecho, así llegó el 5º (y hasta el momento último) gol de Cavani en La Cerámica tras una conducción con slalom de Lino que llegó hasta la frontal dónde se sacó un disparo cuyo rechace en Pepe Reina convirtió el charrúa tras controlar en el área. Esa conexión va a ser fundamental para intentar recuperar la mejor versión de un equipo que necesita de la aportación de futbolistas como Lino para pensar que aún es posible huir de la quema.