VALÈNCIA. Europa como aspiración, pero ahora no puede ser una exigencia para el Valencia CF de Baraja. La ilusión por volver a disputar una competición continental despierta el cosquilleo de cualquier valencianista, pero no debemos confundir ese sentimiento como una obligación. El Valencia se trata de una una plantilla en formación, la más joven de la categoría y que está rindiendo por encima de sus posibilidades.
Y lo digo porque la única 'presión' que realmente puede sentir el vestuario pasa por sentirse en deuda con su gente. Es decir, darle una alegría a una afición que se ha dejado el alma desde el primer día para que no se sintieran solos en el 'verde'. Algo que le pasó factura en Copa del Rey contra el Celta de Vigo. Esas ganas por clasificarse, por disfrutar de una fase de final de un torneo y brindarle el triunfo a Mestalla hizo que el Valencia se precipitase en su juego. Y si este Valencia comete errores no forzados, ya no tiene la identidad que se ha forjado esta temporada con Baraja en el banquillo. Contra el Athletic, el Valencia recuperó el camino que debe seguir para ver hasta donde llega. El plan del Valencia pasa por ser un equipo incómodo, estar siempre dentro del resultado y esperar su momento para decantar la balanza.
Dicho esto, la afición del Valencia CF es quién más se ha sensibilizado con el sufrimiento de la pasada temporada. No lo ha olvidado, lo tiene muy presente desde el pasado verano. Una plantilla plagada de 'novatos', Peter Lim marcando restricciones más allá del Fair Play Financiero disponible para invertir y el temor de volver a pasar por aquello activó a Mestalla desde el minuto para empujar a los 'nanos'. Ahora, en Mestalla se ha generado una comunión que ha hecho del Valencia un equipo muy fiable. Por ello, el Valencia debe sentir ese respaldo cada partido y vivir el momento sin la exigencia de Europa como una meta obligatoria. Ambición sí, pero que no derive en ansiedad antes de hora.
Que las ganas del vestuario no se conviertan en una presión añadida por regalarle a Mestalla lo que se merece. Peter Lim ha dejado claras sus cartas desde el principio de temporada y con el objetivo encarado y casi cumplido, no ha hecho una apuesta en forma de inversión por mejorar las prestaciones del equipo y mirar más arriba. Por tanto, el vestuario le debe entre poco y nada al máxima accionista. Algo diferente debe sentir con 'su' Mestalla. No obstante, tampoco creo que vaya a haber un listón más alto por parte de Meriton hasta final de temporada. Aspirar a Europa sí, pero sin caer en la precipitación como pasó en Copa. Prohibido obcecarse.