VALÈNCIA. ¿Qué tienen en común Fabrício Santos y Vinicius Junior? Cachoeira de Sul vs. Sao Gonçalo. Cuatro goles vs. quince dianas en todas las competiciones. Segunda División vs. Top Mundial. Probablemente lo único en lo que, por ahora, el delantero del Levante se parece al del Real Madrid es en los 23 años de edad y la sangre brasileña que corre por sus venas. Y en una cosa más: que Felipe Miñambres pone a su ariete el ejemplo del polémico madridista para tratar de gestionar el trance mental que vive Fabri de cara a gol. Así lo destapó el técnico granota tras la victoria de la pasada jornada ante el Zaragoza: "A este tipo de jugadores les pasa que cuando no están en buena dinámica, se tensionan. A Fabrício le hablo de Vinicius porque, cuando le pasó, acabó haciendo muchos goles. Cuando estás en esa situación, tratas de hacer cosas extraordinarias, pero la mochila se te llena demasiado de piedras, en vez de liberarte. Y Fabrício tiene que hacerlo más sencillo", dijo Felipe.
Lo que le ocurre al brasileño del Levante es que no anota desde el año pasado. Fue, precisamente, frente al propio Zaragoza, en La Romareda. Sin embargo, cuando salió de su última lesión de bíceps femoral aportó prácticamente desde el primer momento. Las características de Fabrício son muy concretas y su explosividad le permitió volver rendir casi de inmediato. Al tercer partido tras el regreso, el primero de Miñambres en el banquillo tras el cese de Javi Calleja, ya fue de nuevo titular e incluso en la derrota -fue en el infausto partido de Oviedo- fue de lo poco salvable del equipo. Y pese a que el '12' blaugrana camina directo hacia los cuatro meses consecutivos sin anotar -cumplirá tal tiempo en caso de no marcar ante el Amorebieta este sábado próximo-, es una de las piezas que más sentido otorga a la hoja de ruta del preparador leonés.
"Balones a Fabri". El juego directo tras recuperación para armar un transición veloz es una premisa que se ha repetido en cada una de las seis citas que encadena el club sin perder, que hoy por hoy conformar una de las mejores dinámicas de la categoría. Es decir, Fabrício no marca, pero es clave para el plan de Felipe. Y eso el ejecutivo astorgano lo tiene cristalino. Sin embargo, al jugador se descubre en ocasiones desesperado. Obsesionado con ver puerta. Y por eso 'se le baja la persiana' cuando ha de tomar la última decisión. No en tres cuartos ni cuando ingresa en el área, en esas sigue siendo diferencial en Segunda, pero sí a la hora de definir o entregar para solventar una situación clara de gol.
Ese es el contexto. Y es, precisamente, a lo que quiere poner remedio el entrenador. Miñambres reconoció que, salvando las distancias, pone a su pupilo el ejemplo de un Vinicius que también sufrió problemas de falta de clarividencia de cara a gol en sus inicios en el Bernabéu. En la temporada 18/19, la misma en que Solari tomó el relevo de Julen Lopetegui y en que Zidane acabó recogiendo al conjunto blanco, Vinicius anotó un gol y dio dos asistencias en 18 partidos, tres menos de los que Fabrício ya ha disputado en Orriols. La diferencia, que aquel astro brasileño en ciernes entonces solo tenía 18 años. La similitud, que entonces Vinicius tampoco estaba llamado, al menos en aquel curso preciso, a ser primera espada.
Fabrício ha sido la revelación de la campaña en la categoría de plata y ahora es esencial. Con contrato hasta 2027, tiene pendientes a varios clubes de Primera y su explosividad -aunque esta temporada le ha dado guerra en forma de lesión- no pasa desapercibida para la zona media de La Liga. Felipe confía en un atacante que él mismo reclutó del filial del Celta y busca que su autogestión le permita emular el salto goleador de aquel Vinicius que en la máxima élite logró pasar de 6 goles en dos temporadas, a 17 en 2022. Hacer ese 'click' para encontrar a un Fabrício que todavía no se haya destapado, uno incluso desconocido. Hay trabajo por delante.