La valenciana estará este domingo en la lucha por las medallas y Víctor Ruiz se quedó a las puertas en los 3.000 metros obstáculos
VALÈNCIA. Fátima Diame se había metido en otro embrollo. Sólo quedaba una ronda de saltos para decidir las doce finalistas del Mundial de Budapest y ella llegaba lastrada con dos nulos. Era un todo o nada. La valenciana no se hundió y se alargó hasta 6,61. Estaba dentro, pero no del todo. Aún había rivales en concurso que podían superarle. Se salvó, por los pelos, con la duodécima marca, pero se salvó. La atleta que entrena en Guadalajara con Iván Pedroso estará en la final que se celebrará esta tarde (16.55 horas, por Teledeporte y Eurosport).
“El primer salto ha sido nulo y no era nulo, así que vamos a protestar. El segundo nulo pero largo. Y el tercero he dicho ¡salta!, he hecho 6,61y he entrado. He sufrido porque he saltado de las primeras y venían otras por detrás y al final he entrado a ras”, explica la valenciana que supo gestionar muy bien ese trance. “Para mí es más la cabeza que el cuerpo en esos momento”.
Diame no había calentado todavía cuando les anunciaron que iba a haber una hora de retraso en todas las pruebas por una tormenta, así que sólo tuvo que relajarse y dejar pasar el tiempo. Luego salió a la pista y se encontró toda la tribuna que hay junto al pasillo y el foso repleta de público que no paraba de animar a las saltadoras. Una experiencia estimulante. Ahora le espera su primera gran final, que le llega a los 26 años, joven aún, y con un gran salto que parece tener en sus piernas. “Voy a darlo todo. Tengo muy buenas sensaciones, el ambiente es brutal y voy a estar con mi compañera de entrenamiento (Tessy Ebosele, que también se clasificó).
Si Diame entró con la última de las doce marcas, Víctor García se quedó a un puesto de la final de los 3.000 metros obstáculos. No dio la sensación de haber corrido bien, pero el cronómetro decía lo contrario: 8:20.54, el décimo mejor tiempo después de las tres semifinales. Pero entraban los cinco primeros de cada una y se quedó a las puertas. Eso sí, gracias a la nueva reglamentación de World Athletics, el utielano tendrá que ir a calentar el martes, el día de la final, porque entraría si hubiera una baja, aunque fuera en el último momento.
El pupilo de Pepe Ortuño, que estuvo en la grada del Centro Nacional de Atletismo de Budapest, a orillas del Danubio, hace un balance positivo de la temporada al completo. “Mis sensaciones eran buenas durante toda la carrera. Hemos salido muy lentos y cuando se han puesto a correr, me ha pillado muy atrás. Luego me costaba posicionarme y no conseguía alcanzar los puestos delanteros. Al final lo he tocado con los dedos, pero se me ha escapado. De todas formas estoy satisfecho porque la temporada ha sido muy buena y no he competido mal del todo, aunque tampoco me voy contento del todo porque el objetivo era pasar”.