VALÈNCIA. En la madrugada del pasado 6 de octubre de 2023, a las 02:19 horas en concreto, la compañía aeroespacial ilicitana PLD Space hacía historia. Se convertía en la primera compañía privada de Europa que construía un lanzador íntegramente y lo hacía volar. En este caso, un cohete suborbital. El Miura 1 mantenía el vuelo durante 306 segundos en su tercer intento de despegue, primer y único lanzamiento tras dos misiones abortadas. Un punto de inflexión para una empresa que aspira a ser «un gigante dentro del espacio, que pueda resolver muchos problemas que, a día de hoy, existen con empresas competitivas en Europa», explica su presidente ejecutivo, Ezequiel Sánchez. Un objetivo que parecía estar a años luz cuando fundaron la empresa Raúl Torres (CEO) y Raúl Verdú (CBDO) en 2011, entonces como una pequeña startup del Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.
Ahora, en plena etapa de crecimiento y transición hacia una nueva sede en el mismo Elche Parque Empresarial, la firma recibe a Plaza en el aún cuartel general en el que se ha ido desarrollando el prototipo y a la postre Miura 1, aunque son otras dos las naves puente que han tenido, recientemente, en la ciudad para trabajar en el futuro Miura 5. De hecho, llevan un ritmo vertiginoso: en lo que va de año han incorporado cincuenta personas. «Somos 207 personas a día de hoy y esperamos acabar el año en torno a las trescientas, tanto en la parte productiva como completando el equipo de ingeniería», explican. Hay un dato evidente: un tercio de la plantilla actual no estaba cuando lanzaron el Miura 1.
Ese crecimiento en el que andan inmersos se está haciendo primando la parte cualitativa sobre la cuantitativa. «Estamos siendo muy selectivos con los perfiles. Tenemos trece nacionalidades y donde ahora vamos a poner más foco es en los perfiles técnicos». La parte productiva requiere torneros, fresadores, operadores de CNC… «Oficios técnicos que existen en la zona y que, muchas veces, no piensan que pueden estar trabajando aquí, pero estamos encantados de tenerlos». Paralelamente, siguen buscando talento para el Miura 5, que ya está diseñado en su totalidad y se encuentra en fase de finalización de tecnologías como la separación de los dos cohetes y la segunda etapa, que es lo que no se probó en el cohete suborbital.
570 millones de interés comercial para posibles contratos. A día de hoy siguen con la planificación prevista: primer vuelo del cohete en el último trimestre de 2025. Están desarrollando tecnologías para poder testar las nuevas a final de año. Lo que sería la calificación en suelo, como hicieron con Miura 1, del que ahora escalan la tecnología para su hermano mayor, con cinco motores, 34 metros de altura y la primera cofia desarrollada en España. Desde el punto de vista comercial, van en paralelo. «Hemos empezado con la comercialización; de hecho, llevamos un año con ella y tenemos 570 millones de interés comercial, que vamos a empezar a convertirlo en contratos a partir del segundo semestre de este 2024», indica Sánchez. Esas reservas se materializarán en contratos, con el objetivo de llegar a unos treinta lanzamientos al año. El primer año se limitará a cinco.
Según explican, tienen interesados para la posible materialización contractual en todo el globo: Sudeste Asiático, Oriente Medio, Europa, Estados Unidos, Latinoamérica, África… En algunos casos son instituciones, países que compran para su comunidad científica o una agencia de innovación, o departamentos de Defensa, para que puedan lanzar una plataforma determinada. Pero el uso es prioritariamente comercial. Aunque también hay misiones vinculadas a probar tecnologías en el espacio y otras que van dirigidas a la observación del planeta, también vinculadas a Defensa. Entre la parte privada, a veces son operadores, otras un broker que contrata el servicio para sus clientes.