Levante UDVALÈNCIA. El Levante afronta los últimos seis días de mercado de fichajes con una soga atada al cuello. El club ha de sacar a alguien sí o sí para poder inscribir a los tres fichajes que todavía no han sido registrados: Rober Ibáñez, Charly Musonda y Mohamed Bouldini. La carretera de salida de Campaña está, a falta de una semana para el cierre, más atascada de lo que se esperaba. El sevillano ya sabe de buena tinta que el Sevilla, aunque no es absolutamente imposible, sí va a tener muy complicado incorporarle a sus filas este verano. En Nervión, como ocurre en Orriols, tendrían que dar mucha rienda a suelta a sus salidas para permitirse igualar la ficha de Primera del centrocampista y reclutarlo.
Eso lo sabe el propio Campaña, como también conoce que tendrá que apretarse el cinturón en relación a su salario si termina por restar en el vestuario que dirige Mehdi Nafti. El andaluz no quiso salir a cualquier lugar, como además él mismo admitió en la entrevista que divulgó el club, y solo tiene esta puerta de salida entornada. Casi cerrada. Por eso el '24' ya se hace a la idea de quedarse en Segunda y, con su reducción de salario a cuestas, cumplir su último año de contrato como granota con el mejor rendimiento posible para que el verano próximo el Sevilla siga interesado en contar con sus servicios. A partir de enero, será libre de negociar.
El caso de Campaña es ahora mismo solo un punto y aparte en el montón de faena que tiene Felipe Miñambres encima de su mesa. Los focos han girado de nuevo a la figura de De Frutos como baza principal que aligere de una vez la lista de inscripciones del equipo. El Getafe va por la cuarta acometida por el extremo y, pese a que la operación no será todo lo jugosa que el club pretendía en un primer momento -sobre todo de haber permanecido en Primera División-, puede verse abocado a aceptar una oferta de un club que pudo descartarlo a principios de mes, cuando se personó en la capital de España para pasar reconocimiento médico con su pie derecho en tela de juicio.
No obsante, no se descartan otras ofertas de entidades distintas que puedan igualar lo que propone el Getafe de aquí a final de la ventana de transferencias. Pero el Levante juega cerca del fuego. Ya con la salida definitiva de Dani Gómez al Espanyol, el club suspiró algo de aire para poder inscribir a Joan Femenías, a quien se le había asegurado que iba a ser inscrito una vez fuera posible -el balear tuvo que ausentarse durante las dos primeras jornadas, aunque en ambas estuvo en la lista con el resto de sus compañeros-.
La situación económica del Levante en el mercado ha apretado y mucho el gaznate a la hora de moverse en el mercado. Los fichajes de riesgo -por las lesiones que arrastraban Wesley y Musonda antes de su llegada- y las llegadas a préstamo -como la del propio delantero brasileño o Iborra, por los que el club guarda opciones de compra- han protagonizado el cuadrante de altas en Orriols. El Levante solo ha pagado por una de ellas, la de Bouldini, mientras que en el apartado bajas sí ha recibido dinero contante y sonante a su caja, más aquello que podrá ingresar en concepto de pequeños pluses o porcentajes adheridos a operaciones como la de Roger, Aitor o Malsa.
