Giorgi se quita la espina de los penaltis

VALÈNCIA. La actuación el domingo de Giorgi Mamardashvili en el estadio de La Cerámica volvió a rozar lo sobrehumano pese a la derrota de su equipo. Las diferentes intervenciones del guardameta georgiano con el balón en juego fueron de una calidad extraordinaria llegando a desquiciar a los delanteros del conjunto amarillo. 

Su extraordinaria actuación tuvo un momento estelar en el minuto 38 con la parada del penalti que Mamardashvili le detiene a Baena. No sólo acierta el lado, si no que la reacción abajo es felina, y pese a la potencia del lanzamiento se acaba quedando con la pelota. Mejor, imposible.

El guardameta titular del Valencia CF está comenzando a quitarse la espinita clavada de los penaltis. Una suerte que hasta ahora se le venía resistiendo al georgiano, pero a la que se le ha conseguido dar la vuelta esta temporada.

Recordemos que hasta esta campaña, Giorgi Mamrdashvili no había conseguido detener aún ningún penalti defendiendo la elástica del Valencia CF. En esa línea destaca que no pudo detener ni uno sólo de los lanzamientos en las dos tandas en las que ha defendido la meta del equipo blanquinegro. La primera, la de la final de la Copa del Rey de La Cartuja en 2022 ante el Betis en la que los cinco lanzamientos fueron para adentro. La segunda, en la Súpercopa de Arabia de la temporada pasada aunque al Madrid no le hizo falta llegar hasta el quinto lanzamiento.

Por abundar en la estadística, el año pasado le señalaron al Valencia CF 5 penaltis en contra. Tres de ellos acabaron en gol, uno acabó fuera (Chimy Ávila) y el otro se estrelló en el palo (Ferrán Torres).

A partir de este año las cosas han cambiado. Pese a que en la tercera jornada del campeonato, Aimar Oroz transformaba un penalti para adelantar a Osasuna en la tercera jornada del campeonato, una jornada más tarde comenzaron a girar las tornas.

Corría el minuto 4 del partido ante el Alavés en Mendizorroza y una cesión deficiente de Cenk sobre su portero obligó a su portero a cometer penalti. La máxima pena la ejecutaría Kike García y Mamardashvili respondió a la perfección atajando la máxima pena. Sin embargo, el VAR avisó al colegiado de que el penalti debía volver a ser ejecutado por invasión en el área. Nuevamente fue Kike García a los once metros y cambió el lado, pero otra vez se encontró con una gran respuesta del portero valencianista.

Pese a que el partido acabó 1-0 con derrota en tierras vitorianas y a qué sólo fue válido a efectos de cómputo el segundo de los lanzamientos, la realidad deparó que Mamardashvili se estrenó deteniendo dos penaltis en un partido en el campeonato español.

Más tarde llegó el penalti en Cádiz que transformó Rubén Alcaraz y el pasado domingo en La Cerámica el detenido a Baena. En números totales al Valencia le han señalado 4 penaltis en contra y Mamardashvili ha detenido 2 de ellos, lo cual le sitúa en una extraordinaria estadística desde el punto de penalti del 50% de acierto. Aunque si nos centramos en el aspecto de penaltis lanzados sobre el georgiano, éste ha detenido 3 de 5, lo cual le sitúa en un porcentaje aún mayor.

En cualquier caso queda claro que esta es la temporada en la que Mamardashvili se ha quitado de encima la etiqueta de ser un portero poco fiable desde los once metros. En su crecimiento, al georgiano hay pocas metas que se le acaben resistiendo.