VALÈNCIA. Héctor Cabrera se enfrenta al reto de poder llegar a competir en su tercera cita paralímpica. Lanzador de jabalina con una deficiencia visual. El valenciano (que en marzo cumplirá 30 años) tras su debut a nivel olímpico en los Juegos de Río (octava plaza), superó todas las previsiones al plantarse en Tokio aún renqueante de una operación de rodilla y contra todo pronóstico conseguir la medalla de bronce. En 2024 comienza la cuenta atrás para los juegos de París, una cita para la que Héctor se está preparando con las intensidad que la ocasión merece.
¿Cómo ha comenzado a nivel deportivo el 2024?
El 2024 ha empezado bien. Hemos vuelto a la normalidad de un deportista que son las competiciones. La primera marca en el lanzamiento fue discreta, hicimos 53 metros pero con el hándicap de las condiciones meteorológicas ya que había un vendaval tremendo. Pero en los entrenamientos diarios ya estamos en marcas superiores, y nos vamos acercando a los 60 metros. En esos registros podrías estar en la zona clasificatoria alta cara a los Juegos y eso ilusiona.
¿ Olvidada ya la lesión que te supuso la segunda operación de rodilla?
Estamos en el tramo final de olvidarla totalmente. El problema derivado de la segunda intervención fue que me causó una pubalgia y esto fue lo que nos trajo problemas el año pasado y que, por ejemplo, no llegáramos bien al mundial de París. Pero seguimos trabajando para quitar totalmente los dolores, ese trabajo está dando su resultado y cada vez nos encontramos mejor.
¿También a nivel mental?
Mentalmente sí está ya superada. Aunque sigamos trabajando y se note la diferencia entre una pierna y la otra, cada vez tengo más confianza en mi y en los entrenamientos ya se está viendo.
¿2024 es año olímpico, se siente más ilusión o responsabilidad?
En año olímpico la ilusión nunca se pierde. Es un año que se te va a quedar para siempre en tu memoria y la verdad es que estoy muy ilusionado y con muchas ganas de volver a competir y de encontrarme en un estado de forma como en el que estaba antes de la lesión. Hablo de lanzar a 60 metros y de pensar en grande para lanzar por encima de los 66-67 metros y luchar por medalla en los Juegos.
Hay que ir al Mundial a por esa plaza de Paris…
Sí, hay que estar en el Mundial y eso me supone un gran desafío. Pero nosotros lo tenemos como una puerta más para llegar a los Juegos porque las clasificaciones son un poco por plazas -los seis primeros del ranking van a ir a los Juegos. Estuve preguntando quién iba a ir al mundial que será en mayo porque es atípico (no suele haber Mundial en año olímpico), y me dijeron todos que iban a ir al Mundiall, así que habrá que acabar entre los 6 primeros para ir a París.
Para quienes lo desconozcan, explica cuál es tu día a día en un año como este que hay Juegos Paralímpicos.
Realmente intentamos mantener un poco la rutina de todos los años. La verdad es que estamos intentando focalizarlo todo en los objetivos competitivos aunque a mí personalmente me gusta tener otras cosa también en la cabeza como estudios -en mis ratos libres por las mañanas estoy estudiando oposiciones-. Así que la rutina es entrenar y descansar, y descansar y entrenar. Hemos vuelto este año a la rutina de entrenar por las mañanas (unas dos horas y media o tres que es donde hacemos la parte física). A mediodía voy a casa, como, descanso y sobre las tres y media hacemos unas tres horas de parte técnica y lo poco que nos pueda quedar de la parte física pero ya mas específica. Cuando acabo esa parte, de vuelta a casa a descansar. Si es cierto que hay días en que si empezamos a las 9 a entrenar a las 11´30 ya hemos acabado y entonces en casa me pongo con las oposiciones porque mi objetivo en 2025 es presentarme para profesor.
Si no estando bien en Tokio rascaste una medalla de bronce, ¿Este año cuál es la meta?
La verdad es que lo de Tokio fue una sorpresa. Este año el objetivo es intentar llegar en las mejores condiciones posibles. Cuando compites al más alto nivel puede ocurrir cualquier cosa, así que nuestro objetivo es estar preparados de la mejor manera posible para estar luchando por las medallas y si se da bien, estar en lo más alto del podio.
Para acabar y a nivel global: como integrante del equipo paralímpico español, en qué crees que cambiado para bien el deporte de nuestro país, y qué es aquello que aún le queda por cambiar (al menos, lo más urgente).
A nivel paralímpico, lo que más ha cambiado es la percepción del mundo paralímpico en si misma. Antes la gente percibía que había allí una gente haciendo deporte con una discapacidad. La visión hoy de la gente, la misma inversión de las empresas es que el mundo paralímpico es un mundo fascinante, un universo de valores muy bien considerado y cada vez más con un alto grado de profesionalización. Por poner un ejemplo, las carreras de 1.500 metros de los Juegos de Río fueron más rápidas que las de los olímpicos. Luego entraremos a debatir si la olímpica fue más táctica y la paralímpica fue más explosiva, pero los datos ahí están. También es muy importante la unión que hay entre nosotros en cualquiera que sea las disciplina. Nos unimos, nos apoyamos, nos encontramos, nos concentramos y eso nos lleva a crecer cada día más porque aprendemos todos unos de otros.
La guinda para la mejora es que desde la parte alta de las infraestructuras del Comité Olímpico y del Comité Paralímpico, fuéramos todos uno. Si el objetivo es competir por tu país y traer el máximo número de medallas ¿Porqué no nos juntamos todos y explotamos todos los recursos que tengamos para crecer más y que esto sea cada vez más grande? Esto por ejemplo ocurre en Gran Bretaña y deberíamos tomar nota.