VALÈNCIA. El Levante deberá airear espacio en su maltrecho Fair Play Financiero si quiere incorporar a José Morales a sus filas. El club de Orriols sigue superando su coste de plantilla con el actual róster de futbolistas con el que cuenta Julián Calero. En el último informe de La Liga tras el cierre de mercado invernal, de hecho, lo triplicaba. Sin embargo, el fin de contrato de algunos jugadores importantes, el traspaso de Vezo rumbo a Olympiakos y las salidas que están por ejecutarse relajan una partida que habrá que seguir adelgazando si se pretende incluir a Morales en la planificación deportiva de la próxima temporada. Es el peaje a pagar a pesar de que, gracias a la avanzada edad del Comandante, que cumplirá 37 años este mes de julio, la competición permite reducir considerablemente su salario.
Si la intención es plantear al delantero una vinculación por dos años más otro opcional, tal y como informó SER Deportivos, Morales se enlazaría con la entidad de Orriols hasta los 39 o, incluso, casi los 40 años. Y ese longevo contrato hace que el Levante haya de seguir rascando para generar espacio y posibilitar el regreso de su excapitán, a pesar de la contrariedad que ello genera en gran parte del respetable. Y es que fichar a Morales supone, sin remedio, renunciar a otras operaciones de mercado. No por lo que el jugador va a costar dentro de las limitaciones de la economía granota -llegará con un salario asumible- sino por el hueco que ocupa en el Fair Play.
Hay ventas 'apalabradas', como explicó Felipe Miñambres: la próxima, la de Buba. Posiblemente, le sigan Pablo Martínez, Fabrício y Bouldini. También hay una intención de quedarse con Postigo con una oferta de renovación a la baja. Y, mientras, el club se deshace de figuras de futuro, como es el caso de Carlos Giménez, traspasado al Atlético de Madrid de manera oficial este lunes a pesar de que no era el plan inicial con el defensor de Sedaví. 570.000 euros es el valor por el que La Liga tasa el Comandante y la extensión del contrato afecta a cómo computa en el Fair Play. Lo que parece claro es que el fichaje de Morales puede entrar con calzador en una planificación que vivirá reajustes si el madrileño acaba firmando, que es lo que está a punto de ocurrir. Hay principio de acuerdo y el futbolista ha estado estos últimos días en el Ciutat.