VALÈNCIA. Fue la eterna promesa para la portería del Valencia CF Internacional en categorías inferiores con la selección española, el guardameta asturiano pasó por Veus FéCé para contarnos su visión de su historia en el Valencia CF y de su paso por el fútbol profesional con sus luces y sus sombras...
De mi llegada a la Ciudad Deportiva recuerdo el edificio, el pabellón aquel principal... y las dos escaleras de la Ciudad Deportiva. Yo me acuerdo que ahí estaba Mila, la recepcionista, y esas dos escaleras subiendo, con el escudo del Valencia en medio.
Sí, en principio las sub15 siempre llaman a muchos chicos y después hay un filtro hacia las sub16 que ya van ya los escogidos de los escogidos. Es un embudo hacia arriba. Sí, efectivamente, y ahí ya empezamos a coincidir de forma habitual en las convocatorias, Iker Casillas y yo. Y bueno, pues tengo la suerte de ser amigo del mejor portero de la historia del fútbol español. Mantengo la relación, pasado los años, con él. Tuvimos un momento a lo mejor de alejarnos por las circunstancias, pero después, cuando yo vuelvo al Getafe, por medio de Codina, que también es muy buen amigo de él, vuelves a recobrar un poco esa amistad.
Conmigo Cañizares siempre me ha tratado con mucho respeto. Era una persona muy distante, sí que es verdad que era distante. Y competitivo. Pero después también se unió la llegada de Andrés de Palop, que Palop ha sido un porterazo y era la verdadera competencia de él en ese momento. Entonces bien, yo la verdad es que vivía... A ver, yo para mí era un sueño todo aquello. Entonces yo era un poco la persona que estaba ahí en medio disfrutando de aquello. Ellos estaban peleándose como animales y yo estaba disfrutando de aquello. Fue una gran rivalidad e iban a tope los dos. En el entrenamiento de los porteros, cuando estábamos a una parte sola, se cortaba con un cuchillo la tensión en el ambiente. Andrés no se sentía valorado, el otro se sentía fuerte. Era un poco... Andrés creía que tenía que recibir más, el otro creía que tenía que recibir menos, y al final era un clima de tensión. Pero sí que es verdad que desde afuera, en aquel momento todo el mundo tenía claro que el portero titular era Santiago Cañizares. Sí, claro que había debate pero yo creo que había más debate fuera que dentro. Dentro siempre, yo siempre tuve la sensación de que en cuanto a Cañizares estuviera bien, no por las malas acciones de Andrés, al contrario. Andrés estuvo fantástico, sino por el nombre que había cogido Santiago Cañizares dentro del Valencia. Yo creo que el debate ha sido más externo que interno.
Yo tenía un acuerdo con Javier Subirats para negociar un contrato con unas cantidades muy inferiores, tremendamente inferiores, y me voy a jugar el pre-europeo. Correcto. Esto es una cosa que nadie sabe. Entonces, cuando llego allí, la oferta que me presenta el Chelsea después de jugar el Europeo era muy superior. Llego a Valencia, me siento con Javier, le digo lo que está pasando, le digo que aparte me acuerdo que ellos me daban tres años y el Chelsea me daba siete, yo era muy joven, bueno y que en esa época se hacía así. Al final Javier dice una cosa, yo digo otra y en ese impasse, llega un fax del Chelsea con una oferta en firme diciendo que van a pagar la cláusula de rescisión: 500 millones de pesetas.
Pero bueno, que yo también te digo una cosa, yo tenía muy claro y mi familia teníamos muy claro que íbamos a cumplir el pacto que habíamos firmado con el Valencia. Y de hecho esta historia es una cosa que nadie sabe. Todo el mundo habla de mi contrato, del Valencia, que era muy alto, que tal, pero yo firmo la renovación de Subirats porque en ese momento el presidente Pedro Cortés me dice firma esa renovación y él se compromete a hacerme un contrato como el que me estaban ofreciendo. Yo confío en la palabra de esa persona y firmo el contrato. Y tiro un contrato por la borda de muchísimo, de 5 o 6 veces más, Mucho dinero. Mucho dinero en ese momento. La solución económica para mi para mi familia. Sí. Y aún así creo en la palabra de una persona que hoy en día eso ya es impensable en el fútbol moderno. Creo en la palabra de esa persona y apuesto por esa opción. ¿Cuánto tardó Pedro en cumplir? Pues seis, siete meses. Se cumplió la palabra y, en ese sentido, digamos que todavía siento que hay gente en el fútbol que tiene palabra.
Yo llego a un momento que yo veo que no tengo esa motivación del fútbol, no tengo esa motivación de seguir y decido dejarlo. Ahora a todo lo pasado yo pasé una depresión. Lo sé ahora, claro. Yo pasé una depresión en la que yo solo quería estar en mi casa, sentado en el sofá y viendo la televisión. O sea, no quería hacer otra cosa. Pero claro, no era el fútbol de ahora en la que tenemos psicólogos y tenemos mil cosas. Sales a la calle, eres súper reconocido en Valencia y todo el mundo te dice que si gana pasta que si no sé qué... Al final todo se hace una pelota muy grande y yo veo que no tengo salida. No sé cómo explicarlo. No veía la luz al final del túnel y decido dejar el fútbol con 25, 26 años. Sí y de hecho lo puedes reconocer ahora con el tiempo.
En ese momento y ante la ausencia de psicólogos fue muy importante ,i agente, Antonio Alfaro. Él en ese momento, que yo me lo quería dejar todo y mandarlo todo a freír espárragos, como que me iba... Es el que tiraba por la cuerda, sí. Porque yo tenía claro que yo no quería seguir. Aparte, pasé momentos muy complicados en mi casa, solo...
No sé cómo explicarlo. Fue un año muy difícil en el que, sobre todo, yo creo que la frase es esa. No veía la luz al final del túnel, no veía un objetivo, que yo siempre en mi vida había tenido un objetivo, y no encontraba ese objetivo para motivarme, para intentar conseguirlo. Porque si yo tengo algo en mi carrera es que siempre me he marcado un objetivo en algo e intenté conseguirlo. Y ese objetivo es el que me ha mantenido con ganas, me ha motivado, me ha servido para estar siempre pensando en cómo conseguir ese objetivo. Y no tenía ese objetivo, entonces lo pasé muy mal, muy mal,
Aunque sea como visitante y te puedan pitar. Da igual, pero para mí Mestalla es el corazón, es el objetivo que yo siempre me había marcado en mi vida, Mestalla. Poder estar en Mestalla porque sí... No, estar bajo palos en Mestalla, no en el banquillo viéndolo, bajo palos. Yo... ese objetivo que siempre hemos hablado durante la entrevista, que siempre me he marcado, mi objetivo era Mestalla. Porque yo estaba en la ciudad deportiva y mi sueño o mi alegría era llegar el sábado o el domingo y bajar a Valencia, a Mestalla. Nos cogían en la furgoneta y nos bajaban a Mestalla. Y al final... Y entrabas al campo y... Aunque tenga ese pasado merengón, no deja de esa droga valencianista entrar en la sangre y estar ahí. Y vivirlo, y vivir el club desde dentro y desde abajo. Y se me mueven las tripas. Se te remueven y es algo muy especial.
Me parece un espectáculo. En todo. En todo. Muy, muy, muy bueno ¿De dónde sale? Pues ahí en su país formándose, trabajando. Lo traen con 20 años y bueno. Y al final está aquí está, pero es muy, muy, muy bueno. ¿Que si le mejoraría en algo? Yo creo que lo va a mejorar él con el tiempo.. Maneja los partidos, con los pies no lo hace mal. Domina el juego aéreo, es rápido bajo palos. Creo que lo tiene todo. Lo que tiene que ir mejorando es el día a día seguir creciendo. No parar, no poner frenos ni poner un techo.