VALÈNCIA. A tres partidos de una final y dos serían en casa. Esas palabras retumban en mi cabeza desde que saliera emparejado el Valencia CF en el sorteo de Copa del Rey contra el Cádiz en Mestalla. Una ocasión inmejorable para ganar, dar un paso al frente y recuperar algunas buenas sensaciones que se han perdido dentro y fuera del campo.
Porque hoy es el día en el que el Valencia CF tiene que dar un golpe encima de la mesa para seguir creciendo como grupo. Un equipo en construcción que esta noche se batirá en duelo con muchas incertidumbres: desde qué portero continuará en la portería, pasando por si debutarán los fichajes y acabando por si le han levantado el castigo a los apercibidos por el Míster en las últimas convocatorias.
Sea como fuere, este partido debe servir de punto de inflexión pasa saber que podemos estar peleando por algo más que estar en tierra de nadie. Un partido más importante de lo que parece tanto en positivo como en negativo ya que, de pasar, el chute de moral y confianza es tan grande como negativo en caso de caer eliminados. Un escenario que en el vestuario no se contempla. Están mentalizados para salir a darlo todo. Ese encuentro del que nadie habla pero todos tenemos en mente. No sé si por nervios, emoción o concentración.
Va a ser una noche mágica con un ambiente inmejorable. Apenas quedaban ayer 500 entradas a la venta, con lo que se augura un lleno en Mestalla como los que se producían antaño. Rugirá el campo y sus alrededores. Así mismo, habrá recibimiento en los aledaños del estadio y alegría por todo lo alto si conseguimos meternos en semifinales. La Copa ilusiona en la afición pero también en el vestuario más de lo que creemos. Le guste a Lim o no, a la plantilla le motiva mucho la Copa del Rey.
Por eso, Bordalás desde un principio ha apostado por esta competición convencido de que puede ser una vía ilusionante para todos. No sé por qué equipo apostará pero tiene opciones distintas a las de antes a la hora de buscar alternativas. Si bien es cierto que no tener un recambio de Wass limita su idea de centro del campo, la aparición de Ilaix y, sobre todo, de Bryan Gil dota al equipo de un punto de calidad y frescura que antes no había. Precisamente, la aparición de jugadores como la del extremo de Barbate acrecentan la motivación de una afición necesitada de alegrías, de fútbol y de esperanza.
Pero no vamos a obviar la realidad. Es cierto que hay mal rollo por el asunto de los fichajes, que Bordalás está mosqueado con el club por no haber firmado el más que solicitado ‘6’ y que la rueda de prensa de ayer dejó entrever que el feeling entre el club y el entrenador ya no es lo que era. De manera sutil, pero lo dijo. Pero no me quiero quedar solo con eso, porque también recalcó Bordalás en sala de prensa es que el partido iba a ser “tremendamente complicado porque en su mente está, como en la nuestra, que pueden hacer historia”. Por eso creo que quienes debemos hacer historia somos nosotros venciendo y convenciéndonos de que podemos siempre que queremos.
Sé que los periodistas llevamos semanas hablando en la prensa del mercado, de los jaleos del club y de si hay proyecto de reanudación del estadio o no, pero hoy todo eso puede esperar, al menos durante 90 minutos más. Así lo veo yo. Creo que Bordalás y este equipo se merecen que hablemos de fútbol aunque sea solo el día de hoy. La afición es soberana y protestará contra la propiedad en el 19 y animará como nunca a partir del 20. Porque una cosa no quita a la otra. Y Bordalás ya lo dijo en sala de prensa ayer que "tenía una muy buena opinión de la afición antes de venir pero, ahora que la conozco, para mí es la mejor afición que he tenido. Siempre está apoyando al equipo. A partir de ahí, once contra once”. Pues entonces seamos ese jugador número doce para vencer al Cádiz y meternos en semis.
Hoy es noche de Copa. Es la hora de Mestalla.
Juntos a por la Copa