VALÈNCIA. Treinta y cuatro segundos tan sólo hicieron falta para que el Valencia CF encajara su primer gol de la temporada por una mala entrega de Vicente Esquerdo en la parcela central. Treinta y cinco minutos después, Morales (el mismo futbolista que ya había batido a Jaume en el primer minuto de juego) cogía la pelota en el balcón del área, se marchaba de Diakhaby y dos palmos a la derecha del punto de penalti volvía a batir la meta valencianista. El primer encuentro, pese a la victoria final fue un claro ejemplo del principal talón de Aquiles del conjunto de Javi Gracia, la endeblez defensiva de la parcela central.
Los de Mestalla son el peor conjunto defensivo de la primera división. Las once dianas encajadas (registro que comparten con Levante, Valladolid y Betis) evidencian la facilidad con la que se puede llegar a la meta de Jaume Doménech. Y además, el itinerario se repite con demasiada frecuencia; llegan por el centro.
A los dos goles ya descritos ante el Levante hay que anotar otros dos encajados ante el Celta. El primero lo anotó Iago Aspas tras una conducción de varios metros y pase entre los centrales filtrado por Nolito. El 2-1 es cierto que se produce por un lanzamiento de falta, pero la infracción se comete en la misma corona semicircular del área en una acción evitable también de Esquerdo al precipitarse lanzándose al suelo para intentar tapar un remate del conjunto vigués.
Los dos goles encajados en la quinta jornada y ante el Betis también son achacables a la debilidad de la zona central. En el 0-1, Canales no sólo remata desde la frontal del área, sino que tiene tiempo de acomodarse la pelota con un toque previo en una jugada de ataque en estático. Y en el 0-2 Joaquín parte del perfil derecho -no exactamente de la banda- hasta meterse por el centro, casi el punto de penalti, para habilitar la llegada en la izquierda de Cristian Tello, quien remató a placer.
De igual modo, los dos goles encajados en Villarreal pueden entrar en este problema que está lastrando a los de Gracia. El 1-0 llega en el minuto seis desde el punto de penalti en una jugada en la cual Correia defiende terriblemente su espalda y el balón lo gana Pedraza quien recorta hacia dentro y Gabriel va al suelo con desesperación para cometer la pena máxima que no desaprovecharía Paco Alcácer. El segundo gol fue una pelota servida hacia la frontal que remató con bastante comodidad Dani Parejo.
Y para hacer la herida más grande, las dos dianas encajadas ante el Elche también acaban produciéndose en la zona central pese a estar protagonizadas por los dos carrileros. En el primer gol Josan sale del carril izquierdo hacia adentro con un regate sobre Gayá y ante la pasividad de Lato y Wass le cruza la pelota a Jaume. En el segundo, Josan recupera una pelota tras una pérdida en la parcela central, conduce hasta el balcón del área para ceder a su izquierda a Fidel, quien en la misma corona central bate la meta valencianista.
Así, diez de las once dianas recibidas por el Valencia en liga han llegado por el centro y le han penalizado de gran manera. Cabe indicar que si bien los de Gracia son el equipo más goleado con once dianas, también es el tercer máximo anotador con nueve. Sólo se quedó sin marcar ante el Betis y hay que remarcar que sólo Atlético de Madrid (con 10) y Real Sociedad (14) le superan en el aspecto anotador.
Dadas estas cifras, el cuerpo técnico le da vueltas a la idea de fortalecer la parcela central para defender sin perder presencia arriba. Con lo cual no es descartable que pudiéramos asistir en los próximos encuentros al hecho de ver un dibujo con tres jugadores en la parcela central del medio campo, en lugar de los dos que hasta ahora han venido actuando.
El problema estriba en la identidad de esa tripleta, ya que la presencia de Kondogbia podría ser fundamental para esa variación. Un trivote con Kondogbia, Wass y Soler tendría mucha más entidad y versatilidad que uno con la inclusión de Racic o incluso de Kang In por en medio.
Vienen dos partidos muy complicados antes del parón y el equipo necesita urgentemente puntos. Veremos si es el momento de variar algunos patrones del equipo que parecían incuestionables al principio de la campaña o de seguir persistiendo en ellos.