el técnico no varía el sistema, pero sí decisiones en busca de la clave que desbloquee el equipo

La desesperación también afecta a Marcelino

6/11/2018 - 

VALÈNCIA. Pasan los días (ya estamos en noviembre), las jornadas de liga y Champions (vamos a por la jornada 12 en el primer caso y estamos en el ecuador de la primera fase en Europa), y los partidos (ya han caído 15 entre los 11 de liga, los 3 de Champions y el de Copa), y el Valencia sigue con su encefalograma plano de empates: 10, derrotas: 3 y sólo dos victorias (una de ellas gracias a un penalti parado por Neto, y otra ante un colista de 2ª B que jugo una hora en inferioridad numérica). El equipo no funciona.

Marcelino sigue con su santísima trinidad de argumentos en los discursos públicos. Es decir, más merecimientos que puntos, persistencia en la idea de juego y no variar nada

Lo bien cierto es que cumple con lo que dice. Marcelino no varía el 4-4-2 como dibujo sobre el verde. Pero el entrenador sí comienza a variar comportamientos y decisiones que un año antes, hubieran sido inimaginables.

Hay decisiones tomadas por el entrenador que evidencian que la premura por volver a la senda de la victoria también hace mella en él. Sin ir más lejos, sus movimientos de piezas durante algunos partidos están siendo bastante atípicos. Más allá de realizar un doble cambio el sábado a falta de ocho minutos tan sólo para finalizar el partido, el entrenador asturiano ni siquiera agotó las permutas en los partidos ante el Young Boys y el Athletic de Bilbao

La baja de Parejo llevo al entrenador a poner un doble mediocentro con jugadores llamados en un principio a contener al rival como pueden ser Kondogbia y Coquelin. Y pese a que el equipo no encontraba el camino del gol, el primer jugador sustituido fue Carlos Soler, que estaba ayudando desde la banda al equipo cayendo hacia el centro. Quizá ese rol adquirido por el futbolista de "motu propio" para dirigir al equipo no gustó al entrenador, que lo convirtió en la primera sustitución. Más tarde fue incapaz de sustituir al mediocentro más flojo de los dos, Kondogbia, y llevó al banquillo a Coquelin.

La delantera es otra de las líneas que se han visto afectadas por las decisiones de Marcelino en todo este proceso. Ha comenzado a limitar el número de minutos de dos de los puntas, como Gameiro y Bathuayi (suelen entrar el uno por el otro y viceversa). Al final, y tras gastarse 19 millones de euros en la delantera, Marcelino ha vuelto a optar por la delantera de la temporada pasada, Mina y Rodrigo. El gallego ha alcanzado rápidamente el status de titular ante la ineficacia de los dos puntas fichados. De momento la falta de rendimiento del francés y del belga alargan la sombra de Simone Zaza. Entre cuatro delanteros suman 6 goles. Sólo el italiano a estas alturas de la temporada anterior ya llevaba 9 él sólo. La acumulación de futbolistas de ataque en el último encuentro contribuyó únicamente a un atasco arriba sin orden ni concierto que diluyó las opciones del Valencia CF.

Además, se da la circunstancia de que el técnico asturiano se ve obligado a exprimir a los futbolistas que considera clave con el consiguiente riesgo que ello comporta. Gayà está jugando varias semanas al límite y Guedes volvió ante el Girona y no fue sustituido pese a los evidentes gestos de extenuación del futbolista en el tramo final del partido.

De momento, Marcelino intenta muchas cosas, pero no le sale ninguna. El equipo sigue sin ganar y pasan las jornadas. La crisis está haciendo aflorar la desesperación en el entrenador asturiano.

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