La flechita para arriba del PES

VALÈNCIA. ¿Os acordáis del PES? Sé que parece ya algo vintage, pero es que esta semana desempolvaba alguno de los juegos que tenía en casa y entre ellos estaba el Pro Evolution Soccer. Cuando cogías un equipo, al alinear a la plantilla, los jugadores podían tener la flechita para abajo en rojo e iba levantándose para arriba en naranja, verde y azul –aunque creo que en alguna edición cambiaron el color-. Esto reflejaba el estado físico y anímico del jugador en cuestión a la hora de ponerlo en el once y rendir en el campo. Pues bien, me cogí el Valencia CF y me los puse a todos con la flechita para arriba, porque así es como está el equipo ahora.

Tener la flechita para arriba significa que el equipo tiene la moral y el estado anímico por las nubes, lo que afecta directamente al rendimiento de la plantilla en los partidos. Ahora el Valencia CF está claramente con la flechita para arriba y con la moral a tope para conseguir el objetivo de llegar a Europa.

Es un objetivo tan complicado como intentar ganar la Liga Master en nivel Leyenda. Si bien es cierto que el Valencia CF necesita ganar la Copa del Rey o quedar entre los 7 primeros para entrar a Europa, este equipo no se quiere poner techo y va a funcionar partido a partido. Así lo ha transmitido Bordalás al vestuario y así lo contempla una plantilla que no le tiene miedo a un calendario mucho más benévolo que a principios de año, donde el equipo sufrió para atravesar ese bache de resultados. La campaña pasada el 7º puesto lo marcó el Villarreal con 58 puntos, 18 más de los que tiene el Valencia CF ahora mismo. Quedan 9 jornadas con 27 puntos en juego. Es complicado pero ni mucho menos imposible viendo la dinámica actual del equipo.

Por ello, el vestuario ve la final de Copa del Rey no como un matchball, sino como una oportunidad para seguir compitiendo y mejorando, hasta tal punto que todos los futbolistas llegan al parón enganchados por una dinámica claramente ascendente. Es momento de creer en el equipo y de apoyarles hasta el final del campeonato, ganen la Copa o no (No la Konami, sino la del Rey que no es poca cosa en los tiempos que corren).

Porque ellos consideran que la final también sirve para mantener la tensión competitiva hasta el último mes de juego y creen los capitanes que pueden mejorar el nivel de cara al último tramo de temporada si no hay ningún contratiempo grave en forma de lesiones.

No en vano el Valencia CF se ha erigido como uno de los equipos de la Primera División con más internacionales entre sus filas entre las categorías absoluta, sub 21  y sub 19, llegando hasta los 14 convocados superando así a la mayoría de equipos que están por delante en la tabla de clasificación actualmente.

Esto es reflejo del buen momento del equipo y significa que los jugadores que tiene en plantilla el Valencia CF tienen valor, que lo están haciendo bien. Están yendo con sus selecciones porque el rendimiento en el conjunto de Mestalla es óptimo. Ya les hemos tirado demasiado por tierra menospreciándolos o comparándolos continuamente con los de otros equipos. Mensajes y discursos como “es una plantilla de Segunda División”, “Están cojos o mancos” o “X jugador está sobrevalorado” son comentarios que a la plantilla le han hecho mucho daño tiempo atrás. Quizás por juventud, inocencia o falta de líderes ¿Quién sabe? Pero casi sepultaron a un equipo que ya de por sí las estaba pasando canutas. Imaginaos que tiran por tierra vuestro trabajo semana tras semana cuando no te salen bien las cosas o vienen mal dadas, lo normal es que todo salga peor de lo que podría salir. Con ello, el mensaje de Bordalás fue exigirles trabajo a la par que darles valor. No fue fácil porque también tuvo que pasar un proceso personal de aceptación y enfrentarse a situaciones difíciles de vestuario pero, tras hacerles creer a este grupo que podían, todo fue más llevadero. Les consiguió dar moral, levantarles esa flechita poco a poco hasta llevar al equipo a la senda del triunfo. Y si lo hace el Míster, ¿Por qué no lo hacemos nosotros? Vamos a valorarlos un poco más, que para eso son nuestros y defienden nuestros colores. Sobre todo en un tramo de temporada donde te la juegas por completo. Los periodistas primero –quienes debemos hacer más crítica constructiva y honesta-, el entorno y el club después.

La plantilla ha pasado momentos de crisis por la presión interna y externa. Por un ambiente nada fácil para trabajar en comparación con otros equipos donde no hay presión desde ningún ámbito –quizás porque no tienen la relevancia de este club-. Pese a ello, tanto el entrenador como los jugadores se aislaron, pusieron el cuchillo entre los dientes y siguieron el modelo de hace tres temporadas donde la final de Copa sirvió para que el equipo se enganchara a Europa –en aquella ocasión Champions- con un tramo final para enmarcar. Valencia nunca es una plaza fácil para torear, ni desde Meriton ni antes de que llegaran estos por los errores que cometieron otros. La exigencia y la presión es máxima, algo que los jugadores saben de primera mano y la están encajando lo mejor posible.

Así que, si no habéis jugado nunca al PES, que sepáis que tener la flechita para arriba es lo mejor que le puede pasar a tu equipo, porque es sinónimo de que, al menos, salen con un plus de motivación físico y anímico a competir contra sus rivales. Con un porcentaje de autoestima que antes no tenían y con una ilusión que les estaba siendo arrebatada bien por decisiones de dentro o por el ambiente de fuera.

No sé si el PES o algo que se le parezca volverá algún día como tal, pero sí que sé que estos son nuestros jugadores y que, al más puro estilo Pro Evolution Soccer van con la moral por las nubes con la flechita para arriba para pelear por lo que toque, cuando toque y contra quien toque.