Tras un 2017 truncado, la deportista del Proyecto FER se siente más fuerte que nunca para afrontar los retos que se le pongan por delante
VALÈNCIA. Dicen que levantarnos después de una caída nos hace más fuertes. Pues imagínense dos. Alba Sánchez (10/01/1998, Alzira, Valencia) acaba de superar su segunda operación en la rodilla. Un contratiempo que le ha impedido disputar campeonatos y llevarse medallas en el último año. Un contratiempo que también le ha permitido ser más fuerte para afrontar los próximos retos que se proponga. La haltera del Proyecto FER tiene un espectacular futuro por delante, pues en su corta edad ya ha conquistado abundantes títulos en su deporte, tanto en categoría junior como en absoluto. Las marcas de guerra son marcas de experiencia.
La valenciana cuenta a Plazadeportiva.com que "mi objetivo que he alcanzado en 2017 ha sido el poder recuperarme bien después de una operación de rodilla y saber afrontarla con paciencia y confianza ya que es mi segunda operación, y el ser fuerte mentalmente". Los retos de un deportista no tienen por qué ser estrictamente deportivos. Después de que Alba se lesionara el pasado año su objetivo era volver a su estado de forma y su determinación le ha permitido conseguirlo. Ya conocía esa sensación, la de lesionarse y darse cuenta de que no iba a poder disputar los campeonatos que tenía por delante. Pero esa vez ya se levantó y en esta ocasión no iba a ser menos. "Del logro que más me siento orgullosa es cuando, después de 8 meses de la operación, supe seguir y conseguí ser sub campeona de Europa junior. No sabía que lo pudiese lograr, pero cuando quieres algo de corazón, puedes con todo y consigues hasta más allá de tus propósitos", asegura la alcireña.
Esto ha sido una dura lección para Alba que le ha supuesto replantearse la forma en la que ve el deporte. En vez de mirar a sus próximos retos, lo importante es centrarse en la rutina para que, llegado ese momento, esté en el mejor nivel posible sin presionarse mentalmente. "Sinceramente no tengo ningún reto, solo vivo el día a día esforzándome cada vez más, y cuando llega el día importante, simplemente disfrutarlo al máximo y que lo que tenga que ser será".
El esfuerzo y la fortaleza caracterizan a la joven haltera. Un deporte así exige a una persona capaz de superarse por encima de lo esperado. Precisamente, eso es lo que le impactó a Alba de la halterofilia, "ver a mi tía Estefania levantar tantos kilos con tan poco peso corporal". Ella también quería conseguirlo y así lo hizo. "Al principio la halterofilia para mi era un hobby hasta que con 13 años hice mi primer Europeo y ya me lo tomé como mi trabajo". Pero lo que más motivó a la valenciana para que formara parte indispensable de su vida fue "el ver y sentir que pudiera valer para este deporte e intentar llegar a ser alguien".
Muchos la comparan con Lidia Valentín, la española campeona del mundo de halterofilia en 2017. Y tiene potencial de sobra en un deporte de lo más exigente. La valenciana señala que lo más duro es "la constancia en cada sesión de entrenamiento aunque creo que en la mayoría de deportes sucede igual", así como el hecho de compaginar estudios y deporte y haciendo "por el día entrenamiento y por la noche estudios". Para la haltera, lo más difícil es esa rutina diaria de entrenamientos, por lo que tiene en el piragüista Saúl Craviotto un espejo en el que mirarse, pues "admiro su fuerza y constancia en el día a día".
Alba no sabe cuál es su máxima aspiración. De momento, va dando pasos de la mano del Proyecto FER, con el que se siente agradecida por "todo el apoyo que te ofrece y que se preocupen por ti y por tu carrera deportiva. Creo que eso a mí me ha ayudado a seguir adelante y disfrutar del camino y de la vida deportiva, ya que no es para siempre".