VALÈNCIA. El levantinismo vive sumergido en la previa de una tarde histórica, la que puede devolver a los suyos a unas semifinales de Copa del Rey 84 años después. Sin público -algo que 'lamentó' a modo de nostalgia Paco López en sala de prensa en una eliminatoria a partido único, absolutamente a cara de perro en el Ciutat- el Levante ha puesto en marcha diversas iniciativas para que el granota pueda estar más cerca de los suyos: la exhibición masiva de banderas levantinistas en los balcones e incluso enviar fotografías al club para colocarlas en los vídeomarcadores a modo de ánimo en los prolegómenos del encuentro.
A estas iniciativas ya se une una plantilla ilusionada con lo que va a ocurrir mañana en Orriols. El vestuario tiene ilusión, muchos de ellos no han rozado nunca unos cuartos de final de Copa y el reto es competir por la magia de la competición. Morales, por ejemplo, ya ha colgado en su casa una bandera para 'autoanimarse'.