VALÈNCIA. Os voy a proponer un ejercicio de imaginación. Sentaos. Cerrad los ojos. Concentraos en el técnico del Valencia CF, Rubén Baraja, y en cualquiera de las reuniones que ha mantenido esta semana en la Ciudad Deportiva de Paterna con el director deportivo, Miguel Ángel Corona, con el objetivo de comenzar a preparar la próxima temporada.
Respirad hondo. Visualizad al Pipo entrando en la reunión, saludando a Corona y sentándose con él. Ahora, meteos en su cabeza. ¿Con qué expectativas puede acudir el entrenador a una charla como esa conocedor de cómo se las gasta el club? ¿Qué pensarías tú que me estás leyendo en este momento si fueras Baraja?
La obligación del Pipo es acudir a plantear los perfiles que necesita para reforzar al equipo y, al mismo tiempo, mostrar su inquietud sobre las salidas de jugadores importantes, por supuesto. En un club al uso se sentaría con un director deportivo no plenipotenciario, porque no los hay, pero sí con un ejecutivo con más autonomía que la que tiene Corona. Y, tras el encuentro, el técnico abandonaría el despacho con un boceto, más o menos riguroso, del planteamiento del club para el próximo curso, porque en estas fechas no hay certezas todavía sobre el mercado.
Cuando Baraja se sienta delante de Corona y le transmite que necesita un extremo zurdo, un mediocentro y un delantero, como prioridades para competir mejor que este año, y, si es posible, otro central para cubrir la baja de Diakhaby, es consciente de que está hablando de tres/cuatro refuerzos, repito, para competir, con un interlocutor dañino como Meriton Holdings. Subrayad la palabra competir. ¿No se pondrá a temblar?
¿Qué pasará por la mente del entrenador cuando, además, recalque que quiere un portero más si sale Mamardashvili y otro buen central si venden a Mosquera? ¿Y la cara de póquer de Corona?
Pero, os pregunto, ¿realmente pensáis que esa reunión sirve para marcar el guion del Valencia CF en el mercado de fichajes estival estando en manos de quién está la entidad?
Un club que privó al entrenador de refuerzos importantes en la ventana del verano y que le trajo a Peter Federico en invierno con el equipo sometido a un gran desgaste y, pese a ello, compitiendo por encima de sus posibilidades. Un club que le negó a su equipo, ¡y a sí mismo!, la opción de clasificar para Europa rechazando incorporar fichajes que impulsasen a la plantilla. Ese mismo club, esa propiedad, ¿qué le dirá al Pipo estos días de reuniones?
¿Estáis en la cabeza del entrenador? ¿Seguís dentro? Pensáis lo mismo que yo, ¿verdad? Que no se creerá gran cosa, que será terriblemente escéptico, y que, en algún momento, incluso, llegará a pasarle por la mente que está perdiendo el tiempo. Es una situación irracional. Es absurda, surrealista.
Pero, pese a todo eso, quiere renovar por una temporada más. El Valencia por encima de todo.