ALICANTE. Por primera vez en casi ocho años, el Hércules aspira a ser autosuficiente durante una temporada, a no necesitar para cubrir el presupuesto el auxilio económico de Enrique Ortiz (que ha prestado en los últimos ejercicios junto a Juan Carlos Ramírez).
Lo anterior será posible gracias al ingreso de los 2.000.000 euros a los que ascendía la cláusula de rescisión de Abde y a otros derivados de la venta de abonos y publicidad (derechos de crédito a favor del club blanquiazul sobre los que la Agencia Tributaria terminará echándose encima... pero otra cosa es que lo haga a tiempo; precisamente eso es lo que habría ocurrido en el 'caso Abde').
Ahora bien, las obligaciones económicas del Hércules en la 2021/22 no se agotan en las anteriores (gastos generales; personal deportivo y no deportivo), pues en junio se reactiva el reconvenio de acreedores (tras cumplir la carencia de tres ejercicios) y el club ha de afrontar el pago de unos 1.200.000 euros a los titulares de créditos ordinarios que, en su mayoría, actúan agrupados bajo el paraguas de la comisión delegada de LaLiga. La entidad del Rico Pérez ni cuenta ni contará con capacidad económica para cumplir con ese compromiso, por lo que tendrá que llegar a un nuevo acuerdo con esos acreedores (extrajudicial, el chicle no se puede estirar más: el reconvenio era la segunda y última oportunidad que brinda la Ley Concursal al Hércules como deudor) para esquivar la liquidación o intervenir un tercero en su favor (comprando la deuda del club o inyectándole dinero para que pueda pagar los citados 1,2 millones).