VALÈNCIA. ¿Qué tiene que pasar para volver a ver esta imagen? Morales enfundándose la camiseta del Levante e incluso colocándose el brazalete es una de las fotografías que persigue el Consejo de Administración del club y el propio futbolista, que se deja querer y fantasea con su regreso a Orriols una vez concluya la presente temporada. El Comandante concluirá su contrato en el Villarreal el próximo 30 de junio y su intención es volver a jugar en el estadio que visita habitualmente con motivo de los encuentros del equipo que dirije Felipe Miñambres, precisamente el hombre encargado de encajar bolillos para que el madrileño pueda hacer realidad el que ahora es su sueño.
Morales quiere volver y el Levante quiere que Morales vuelva. Tal y como informó Cope Valencia este miércoles, es un escenario probable porque el jugador 'gira la cara' a una renovación a la baja en La Cerámica, donde ha militado dos temporadas con suerte dispar. Con Marcelino recién llegado al volante del Submarino, el exgranota protagonizó un mes de buen rendimiento, anotando hasta cinco de los seis tantos ligueros que ha marcado este curso. Es un aval que hace pensar a la actual directiva del Levante que es un futbolista todavía aprovechable en Segunda División a pesar de estar a las puertas de cumplir 37 años este próximo mes de julio. Una operación al estilo Santi Cazorla en Oviedo, que paradójicamente todavía puede terminar con el cuadro asturiano en Primera dentro de un mes. Pero, ¿qué tiene que ocurrir para que Morales pueda volver?
Se tienen que dar una serie de condicionantes. El primero, el saneamiento económico del Levante en el escenario de una tercera temporada consecutiva en Segunda. Es una situación contemplada en el plan de futuro del club pero que, no por ello, deja de apretar aún más el gaznate de las cuentas de la entidad. En lo deportivo, el Levante sigue más que excedido en su Fair Play Financiero. Triplica su límite de coste de plantilla deportiva que marca La Liga tras el cierre de cada mercado: -ahora es de 16,4 con un límite de coste de plantilla deportiva marcado por La Liga de 4,7 'kilos'-. Cierto que Miñambres logró reducir los 21 kilos que costaba el vestuario de Javi Calleja hace un año tras el no ascenso, pero el control de La Liga es especialmente restrictivo en el Ciutat. El límite de coste de plantilla continúa reduciéndose.
El primer paso para que La Liga permita el desembarco de Morales en Orriols con una bajada imperativa de su salario es vender jugadores. A ser posible, antes del 30 de junio. Con esa fecha como barrera, el club ha de traspasar activos futbolísticos por valor de 4,5 millones, ta y como esgrimen sus cuentas, presentadas el pasado febrero. Miñambres guarda algún as bajo la manga, como el que se guardó con la venta de Marc Pubill por 5 millones al Almería. El Levante mantiene un 25% de una futura venta del lateral de Terrassa, que abandonará territorio indálico este verano -la clave estará en calidad de qué lo hace y por cuánto, pero que jugará en Primera es algo que su entorno da por hecho-.
El segundo paso será que la competición acepte el regreso de Morales sin mayor restricción al tratarse de un jugador por encima de los 36 años. En ese sentido, SER Deportivos desveló este miércoles que La Liga pone un asterisco en este tipo de jugadores veteranos que regresan o, aludiendo motivos "sentimentales", firman por otros clubes reduciéndose ampliamente la ficha -el caso de Cazorla vuelve a ser un ejemplo ilustrativo-. En este caso no debería de haber mayor problema, siempre que el primer paso se haya dado. El Levante, por su bien y si quiere inscribir a Morales, a la carrera por cuadrar cuentas.