Hoy es 15 de octubre
VALÈNCIA. José Luis Morales podría regresar al Levante este próximo verano. Se habrán de dar determinados condicionantes, pero el Comandante ya ha expresado su deseo de volver a Orriols y enfundarse la granota, tal y como ha informado Cope Valencia y ha podido confirmar este diario. Según ha destapado el citado medio, el jugador, que acaba contrato con el Villarreal el 30 de junio, descartaría ahora mismo renovar en La Cerámica para desembarcar de nuevo en el Ciutat, de donde salió con polémica poco después del último descenso.
Morales es uno de los objetivos de Pepe Danvila para reforzar la plantilla granota este verano y cuenta con el beneplácito de la dirección deportiva. De hecho, el consejero delegado ya ha hablado públicamente del excapitán en alguna ocasión. "A Morales se le adeuda un dinero y a día de hoy no ha reclamado ni un euro, le agradezco lo que está haciendo con el club", dijo el pasado mes de diciembre. Sea como sea, de momento la única realidad es que Morales desea volver a vestir la elástica blaugrana y se ha ofrecido al club, que le recibe con los brazos abiertos y encaja piezas para poder soportar su inscripción en el probablísimo escenario de una tercera campaña consecutiva Segunda.
"Nuestro perfil de club es un perfil de venta de jugadores. Tenemos que generar activos, venderlos y consolidarnos. El equipo de este año me ilusiona mucho y ves activos que se pueden revalorizar". Es una de las frases que dejó el propio Danvila en una de sus últimas comparecencias públicas. Y es eso, precisamente, lo primero que tiene que pasar para que el Levante pueda incorporar a Morales a sus filas: vender futbolistas por unos 4,5 millones de euros antes del 30 de junio. Eso permitirá cuadrar las cuentas de la pasada temporada a este efecto y, para ello, la entidad granota guarda algún as bajo la manga.
El Levante tiene que traspasar activos. Por su propia realidad y, también, si quiere inscribir a Morales. La Liga habrá de dar el visto bueno final para el fichaje del madrileño con carta de libertad, pues habría de reducir considerablemente sus emolumentos respecto a lo que perdibe en Villarreal, con un contrato de Primera División. Es una ficha inasumible en Orriols, pero en lo personal no será un problema.
No obstante, tal la barrera la puede poner La Liga, como ya hizo en el caso de Iborra, aunque al tratarse Morales de un futbolista por encima de los 36 años, la competición concede la potestad de negociar libremente su salario, sin mayor restricción. Eso sí, el Comité de Control Económico, según informa SER Deportivos, también tiene que aprobar la incorporación. Para ello, resulta clave que el club tiene, por ahora, su Límite de Coste de Plantilla excedido. Tanto que lo triplica.
Solo faltaría, entonces, el 'ok' de La Liga. Porque el "sí quiero" de ambas partes parece dicho. El entorno del jugador se ha mantenido en contacto con el Levante durante los dos años en que ha militado en el Villarreal -de hecho, Morales y sus agentes son asíduos al Ciutat de València-. Y al Levante le seduce la idea de contar con el que fuera su capitán, aunque ello conllevará disparidad de opiniones entre su parroquia, a buen seguro.
Morales se marchó con desaveniencias con Quico Catalán. Así lo confirmó el propio futbolista en esta casa, en exclusiva, pocos días después de despedirse de su hinchada por medio de un vídeo y no en una rueda de prensa, en directo, que el madrileño sí contempló en un principio. Sin embargo, el club, que también puso sus instalaciones a disposición del que era su jugador franquicia, quiso evitar la imagen de su presidente junto a Morales tras una despedida inesperada. Es decir, podría haber comparecencia, pero solo con Morales. Sin Quico. Porque el entonces presidente y Felipe Miñambres negociaban la continuidad del delantero, que se había quedado sin contrato debido a una cláusula liberatoria por el descenso, cuando el Villarreal trasladó su oferta y un proyecto deportivo europeo que convenció al Comandante.
Gran parte de la afición levantinista jamás perdonó a Morales aquella especie de 'volantazo', sobre todo después de hacer ver, con varias declaraciones a pie de campo al final de la temporada, que seguiría en el club tras el descenso. O que, al menos, esa era su intención. También fue la del Levante, que ese mismo verano apostó todo al ascenso inmediato manteniendo al grueso de sus piezas más preciadas o económicamente pesadas -Vezo, Campaña o De Frutos se quedaron en plantilla-.