VALÈNCIA. El Levante ya tiene fecha para la Junta General de Accionistas y puso este miércoles sus cuentas del ejercicio 23/24 a disposición de sus accionistas. El club arroja una pérdidas de 6,1 millones de euros correspondientes al ejercicio anterior y mantiene la deuda de 107,4 millones, de los cuales 85,3 corresponden a deuda a largo plazo y no habrán de ser atajados durante el curso actual. Sí la deuda a corto plazo, que asciende a algo más de 22 millones, de los que 9 corresponden al deber con Gedesco. La situación económica en Orriols continúa siendo delicada, aunque la inyección de 23 'kilos' por parte de José Danvila -en un plan que aún ha de ser aprobado por el Patronato de la Fundación- actúa de calmante. Eso sí, en materia deportiva, la entidad granota sigue pendiendo de un hilo.
Si en la actualización de febrero de 2023 del Límite de Coste de Plantilla Deportiva (LCPD) que marca La Liga el Levante excedía en unos 10 millones su Fair Play -duplicando prácticamente su límite salarial-, ahora ese desfase pasa a ser todavía mayor: de 11,7 millones. Y es que el gasto en plantilla deportiva que marcan las cuentas del club es, exactamente, de 16,425 millones de euros, mientras que el LCPD marcado por la competición es de 4,7 -en la actualización a febrero de 2024, hace apenas unas semanas, recién cerrada la ventana de fichajes invernal-. La diferencia es clara: hace un año, ese límite ascendía a 11,6 'kilos' y el gasto del club en su plantilla deportiva era de cais 21 millones. Es decir, en comparación con los registros de un ejercicio atrás, el Levante ahora triplica la cifra.
Todo ello a pesar del trabajo de la dirección deportiva durante este pasado verano con ventas de futbolistas por unos 13,5 millones, que ayudan a que la necesidad de ventas de plantilla previstas antes del 30 de junio sea de 4,5 millones con el objetivo de cuadrar cuentas. El director deportivo del Levante, Felipe Miñambres, explicó que se había ejecutado una brutal reducción del coste de plantilla, impulsada por ventas importantes -como la de Pepelu- o el fin de contrato de otros como Campaña, que estuvo entrenando bajo techo granota durante media temporada, antes de firmar en Las Palmas. Además, la venta de Rubén Vezo rumbo a Olympiakos también relaja esta partida, pues hasta este enero percibía el salario más elevado de la plantilla.
Con todo esto, el director financiero del Levante, Diego Naixes, explicó en un encuentro con los medios de comunicación que, después de haber superado una “situación crítica”, el club está estabilizado pese a la deuda de más de cien millones que pese sobre el tejado del Ciutat. En las cuentas publicadas en el sitio web oficial, el Levante confirmó que el pasado curso experimentó una bajada en los ingresos ordinarios de 44 millones. El Levante, de hecho, sufrió una pérdida de hasta 40 millones por los ingresos de televisión y en el curso 22-23 apenas recibió 9 millones por este aspecto.