VALÈNCIA. Guadalupe, antiguamente llamada Karukera, que significa “la isla de las bellas aguas”, es una paradisíaca región de ultramar de Francia ubicada en las Antillas Menores. En su segundo viaje a América, Cristóbal Colón la bautizó con el nombre de Santa María de Guadalupe de Extremadura en honor al monasterio del siglo XIV que lleva el mismo nombre y está situado en Guadalupe, provincia de Cáceres.
Las colonias caribeñas, especialmente Guadalupe, Martinica o la Guayana Francesa, siempre han sido importantísimas para Francia ya que le han abierto nuevos horizontes comerciales y le brindan, todavía hoy en día, una gran presencia en el continente americano. No solo se trata de geopolítica, sino de lo que Francia se nutre a todos los niveles gracias a estos paradisíacos enclaves.
Cómo no y una vez más, el deporte y el fútbol constituyen una prueba irrefutable de una realidad histórica, política y cultural: Thierry Henry (segundo entrenador de Roberto Martínez en la selección de Bélgica), Nicolas Anelka, Lilian Thuram, Florent Malouda o Raphaël Varane (Manchester United) en la actualidad, entre muchos otros, han nacido o son originarios de alguna de las mencionadas regiones de ultramar, y han sido piezas clave para los grandes éxitos de la selección francesa durante las últimas décadas.
En realidad, no hace falta marcharse a Francia para dar fe de este fenómeno. Ni siquiera es necesario salir de Valencia. Mestalla sabe muy bien lo que es vibrar con un ilustre lateral derecho de Guadalupe: Jocelyn Angloma vistió la camiseta del Valencia CF en una de las épocas más gloriosas de la historia del club (1997-2002) y grabó el cariño y el recuerdo en el seno de una afición que lo idolatraba. Es la inspiración de otro lateral derecho guadalupeño que llegó por la puerta de atrás el verano pasado, se ha convertido en indispensable para el Valencia actual y sueña con levantar la Copa del Rey el próximo 23 de abril en La Cartuja: Dimitri Foulquier.
Guadalupe y Valencia. El principio y el final de un irrepetible y apasionante viaje. Nacido en Les Abymes, Jocelyn Gaëtan Angloma pronto comenzó a exhibir unas espectaculares capacidades atléticas en las filas de L’Etoile de Morne-à-l’Eau de la Liga Guadalupense de Fútbol. El Rennes fue el club que lo descubrió y le dio una oportunidad en Francia. Pasó después por la disciplina de Lille, PSG, Olympique de Marsella (club con el que levantó el título de liga en 1992 y la Champions League en 1993), Torino e Inter de Milán, antes de aterrizar en Valencia ya con 32 primaveras.
“El Valencia es mi equipo, igual que el OM”
Jocelyn Angloma para Fútbol desde Francia
Fue internacional por Francia en 37 ocasiones, disputando como bleu dos fases finales de Eurocopa consecutivas. De hecho, en la primera de ellas celebrada en Suecia, la que coronó campeona a la Dinamarca del ya desaparecido Richard Moller, Angloma entró a formar parte del once ideal del torneo junto con nombres como el de Peter Schmeichel, Andreas Brehme, Ruud Gullit, Stefan Effenberg, Marco Van Basten o Brian Laudrup.
Lejos de venir a Valencia para retirarse, Angloma puso en liza desde el primer día su mejor nivel físico y técnico. A pesar de sus 32 años, su potencia para desbordar y llegar hasta línea de fondo recordaba a su mejor momento en Marsella. Fueron cinco campañas en las que el carismático lateral supo tocar el alma de Mestalla. La afición siempre tuvo una predilección especial por el de Guadalupe y vibraba con cada una de sus cabalgadas. Era un amor correspondido:
“Llevo al Valencia en el corazón”
Jocelyn Angloma para Fútbol desde Francia
Un total de 177 partidos disputó Angloma con la camiseta del Valencia. Un total de 177 recuerdos que descubrieron un nuevo Valencia: un equipo sin complejos que durante años se codeó con los mejores y que incluso los batió para conseguir una Copa del Rey, una Supercopa de España, un título de Liga y dos finales de Champions League. Era el inicio de una nueva era, y el potente lateral fue uno de los artífices de una nueva era histórica para el club.
Las bases para volver a situarse entre los grandes de España y de Europa las puso el Valencia el 26 de junio de 1999 en La Cartuja. El equipo venía de tumbar por el camino a Barcelona y Real Madrid y atropelló al Atlético en aquella final de Copa del Rey con Jocelyn Angloma, cómo no, en el once inicial. Más de 30.000 gargantas vestidas de naranja acompañaron al equipo en una cita histórica que llevó a los ches a conquistar su sexto título copero y a levantar un trofeo tras 20 años de sequía. Esa noche constituyó el mejor recuerdo como valencianista para un irrepetible futbolista de Guadalupe que muchos dieron por acabado y terminó marcando una época en Valencia.
Actualmente, Angloma trabaja por el fútbol de Guadalupe en el cargo de seleccionador. Guadalupe debe seguir nutriendo el fútbol francés y europeo de grandes talentos, algo que siempre ha hecho. Son muchos los referentes que pasean la bandera de la región de ultramar por los más emblemáticos escenarios del fútbol europeo: Kingsley Coman (Bayern de Múnich), Thomas Lemar (Atlético de Madrid), Allain Saint-Maximin (Newcastle), Anthony Martial (Sevilla), Alexandre Lacazette (Arsenal), Maxence Lacroix (Wolfsburgo), Marcus Thuram (Borussia Monchengladbach) o el groguet Étienne Capoue tienen nacionalidad guadalupeña y son una parte inherente de la riqueza futbolística de Francia.
La condición del combinado de Guadalupe como no integrante de la FIFA les ha permitido a muchos futbolistas defender sus colores en calidad de internacionales a pesar de haber disputado campeonatos oficiales con la selección francesa. También fue el caso de Angloma, una leyenda viva que será uno más empujando al Valencia el próximo 23 de abril en Sevilla. Por la novena, una vez más, en Sevilla.
“Sigo al Valencia y lo seguiré siempre”
Jocelyn Angloma