VALÈNCIA. Las obligaciones a corto plazo comienzan a agobiar a Peter Lim. El máxima accionista ha estado gestionando en las últimas semanas la entrada en el accionariado del príncipe de Johor, pero la operación se ha frenado por petición del multimillonario asiático y parece complicado que puede cerrarse antes del mes de junio como esperaba Tunku Ismail.
El príncipe reconoció en una entrevista concedida al diario AS que unos "problemas" que tenía que resolver Peter Lim y otros "asuntos relacionado con el Fair Play Financiero" han impedido el acuerdo. Mientras tanto, los días pasan y el Valencia CF está cada día más próximo a una situación límite económicamente en la que Lim tendrá que tomar alguna decisión: aplazar sus préstamos, ampliación de capital, la entrada de un socio como el príncipe de Johor, vender el club o incrementar la venta de jugadores importantes.
El primer golpe que puede recibir el Valencia es con la ATE del estadio. El próximo 15 de mayo caduca la Actuación Territorial Estratégica y ya se da por hecho que el Valencia no va a cumplirla tras la reunión entre Anil Murthy y Ximo Puig hace unas semanas. Ante esta situación, el Valencia ya redujo en 16,3 millones el valor del 'viejo Mestalla'. Es decir, un deterioro del valor contable de sus inmovilizados materiales que pasa a 94,7 millones. Las instituciones siguen presionando a Meriton para que cumpla con la ley y reinicie las obras del Nou Mestalla, pero todo apunta a que Lim no va a mover ficha sin que tenga una oferta por las parcelas del 'viejo' Mestalla que le satisfaga.
Por otro lado, el Valencia tiene que afrontar un pago superior a entidades de crédito durante este ejercicio: un total de 31 millones de euros. El Valencia finalmente cumplió este año su compromiso con Bankia y pagó los cerca de 12,9 millones que le correspondían, pero lo hizo el 1 de julio y no se refleja en el balance, que fue el del fin del ejercicio a 30 de junio de 2020. Así, en las cuentas el préstamo se mantuvo en 129,1 millones. No obstante, Peter Lim pagó la cuota el 1 de julio tras efectuar un préstamo de 16,5 millones de euros.
Otro de los problemas de tesorería que tiene el Valencia es devolver los préstamos concedidos por Peter Lim a la entidad. De los 38 millones que restaban en la línea de crédito, el Valencia debe abonar 15 millones al máximo accionista antes del 30 de junio y el resto tiene como fecha límite el 30 de septiembre al igual que el último préstamo de 16,5 millones de euros que fue concedido para pagar la cuota a Bankia el pasado 1 de julio.
El Valencia CF fijó como cantidad necesaria para cuadrar el presupuesto en 26,4 millones de euros al contabilizar 42 millones de euros de venta neta. Un listón accesible ya que los traspasos de Ferran, Rodrigo, Kondogbia o Coquelin no estaban contabilizados por importe de 59 millones de euros sin restar las amortizaciones. Sin embargo, Meriton también había fijado 7,94 millones por abonados que no va a ingresar y que eleva las necesidades de venta neta a los 31 millones de euros antes del 30 de junio. En este apartado, el Valencia también incluyó en sus cuentas la opción de percibir 16,5 millones por traspaso de jugadores en concepto de variables de fácil cumplimiento.
A principio de febrero, el Valencia ingresó en la cuenta corriente de sus jugadores el primer importe del salario de la plantilla, correspondiente a la mitad de la nómina anual, y el segundo lo realizará a finales de agosto.
Con motivo de la pandemia por la covid-19, el club pactó con los capitanes una nueva periodicidad en los pagos. Habitualmente se habían venido realizando en enero y julio, pero en este curso se acordó que los jugadores cobrasen en febrero y agosto, es decir, un mes más tarde.
Tras la tirantez y la tensión que se vivió con los jugadores entre marzo y abril de la temporada pasada, cuando el club sacó adelante un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que sufrieron los empleados no deportivos, y una reducción salarial, con diferentes escenarios, que afectó a los jugadores, este curso la sensación es que no habrá problemas.