VALÈNCIA. El viento no contribuyó a un partido atractivo de ver ni a recuperar el buen fútbol que el Llevant ha demostrado que es capaz de practicar. Tampoco ayudó, como era de sobra conocido, un Getafe muy intenso y pegajoso, que decantó el encuentro con calma, tratando de neutralizar al Llevant y esperando su opción de gol. Le funcionó en los primeros 45 minutos, en los que a pesar de percutir por la izquierda de forma insistente, la escuadra granota no consiguió desarmar la telaraña creada por Bordalás. Se intuía que el partido se resolvería en un detalle y que quien marcara primero se llevaría el gato al agua, pero ni Morales, ni Bardhi, ni Jason ni Roger acertaron.
••• Media hora de buen fútbol. Tras el paso por vestuarios, Rochina cambió la cara al partido: marcó el ritmo con sus balones entre líneas y generó superioridad en la zona de creación granota. Y el Llevant tuvo contra las cuerdas al Getafe, con Bardhi y Campaña, espesos pero acompañando al saguntino en ocasiones, y sobre todo con las llegadas de Toño, Morales y Jason, con los espacios que creó una y otra vez Roger e incluso con los balones largos de Cabaco y Vezo. Así fue hasta el 78’, cuando inexplicablemente el Pistolero fue sustituido por un Dwamena muy estático y Rochina se retiró con molestias. Se acabó en ese momento el Llevant: ni Mayoral ni el ghanés estuvieron finos y nadie supo hacer de Rochina. Sólo entonces el Getafe hizo un par de acercamientos peligrosos.
••• Una defensa sólida, al fin. El equipo estuvo impecable atrás, con Vezo bien colocado, atento y rápido en su debut y un Cabaco imperial. Tras el desastre del Nervión Coke volvió a mostrarse seguro como central. No debería volver al carril. El Llevant apenas dio opciones al Getafe que lo hubo de fiar todo a unos cuantos tiros lejanos y a la jugada del gol anulado a Molina, provocada por una caída tonta de Jason en un momento decisivo.
••• Aitor i Oier. También llegó el esperado relevo en la meta. No es que Oier fuese el culpable de la goleada del Sevilla ni mucho menos, pero hacía semanas que las buenas prestaciones mostradas por Aitor en Copa le hacían merecedor de una oportunidad. No tuvo mucho trabajo pero se mostró seguro, jugó bien con los pies y restañó con solvencia cualquier peligro aéreo. Tendrá continuidad. López es la clase de míster que se piensa muy mucho un cambio en puerta, pero que cuando lo decide es con la intención de que sea para una larga temporada.
••• La Liga más competida. Se escaparon dos puntos vitales en una Liga que nunca estuvo tan competida. En la jornada 22, el Llevant acaba el sábado a cuatro puntos del descenso, que mañana podrían ser tres, y a cinco de la Europa League. En el horizonte, dos salidas a Mendizorrotza y Balaídos y la visita del Madrid a Orriols. Que sí, que hay que ir partido a partido, pero ojo porque si no se suman al menos cuatro puntos en estos tres encuentros, la situación se va a complicar.
En todo caso, la firmeza defensiva mostrada ayer, la mejor actitud del once y un cierto equilibrio entre líneas ante un grandísimo rival animan al optimismo. Las sensaciones son buenas aunque la situación era inmejorable para dispararse hasta los 29 puntos.
Las claves, por Borja Bens.
••• El Llevant mereció la victoria porque tuvo más llegadas que el Getafe y jugó con velocidad y desparpajo, sobre todo en la segunda mitad, pero le faltó fútbol combinativo en la medular.
••• El viento provocó errores en pases, desvió balones largos y obligó a rasear más de lo normal. Los futbolistas con mejor trato de balón se sintieron especialmente incómodos.
••• El Getafe fue justo el equipo guerrillero que se esperaba. Tenía bajas pero no se notaron. Tácticamente son un roca, no muestran compasión por el rival y van al límite en el contacto físico.
UNO A UNO: Aitor (7); Cabaco (8), Vezo (7), Coke (6); Jason (7), Campaña (5), Rochina (7) (Vukcevic (sc) 81’), Bardhi (5) (Mayoral (4) 71’),Toño (6) Roger (7) (Dwamena (3) 78’) y Morales (6).
Paco López (7)