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Miki Vukovic, una huella enorme para el baloncesto

16/01/2021 - 

VALÈNCIA. Miki Vukovic (Kraljevo, Serbia, 1944-2021) ya dejó un legado mayúsculo para el baloncesto cuando decidió 'jubilarse'. Un histórico para el basket europeo, de enorme huella en España y leyenda absoluta en Valencia. Referente para los entrenadores. Ambición. Trabajo. Competitividad.  La gestión del grupo. La implementación de metodologías. La conjugación de los aspectos teóricos y prácticos para proyectarse luego en cada entrenamiento y en la competición. El impulso, la lucha y el carácter. El faro para las deportistas. Vukovic era un tipo bondadoso, entreñable, honesto. Un padre también para aquellas jugadoras y jugadores que entrenó. Clave en la historia del baloncesto femenino con Dorna Godella y en la de Valencia Basket. Este viernes, sin embargo, fue día de lágrimas y tristeza cuando se conoció el fallecimiento del serbio a los 76 años.

A principios de los años noventa del pasado siglo, Valencia se significaba con una larga y exitosa trayectoria en la élite nacional del baloncesto femenino cuando irrumpió la poderosa empresa Dorna como sponsor principal de este deporte. Un año más tarde, el Dorna Godella quiso incorporar a Valencia al mejor entrenador de baloncesto femenino del momento para dirigir y consolidar su proyecto. Su mirada se dirigió a Serbia, donde Miki Vukovic se había  proclamado subcampeón del Mundial de Malasia como seleccionador de Yugoslavia muy poco después de que en esa misma temporada hubiera conseguido la Euroleague femenina con el talentoso y joven equipo de la ciudad de Tuzla, donde este entrenador había desarrollado prácticamente toda su carrera deportiva tanto dentro como fuera de la cancha.

Su llegada a Valencia no pudo acompañarse de mejores resultados. Hasta ese momento, la mejor  clasificación obtenida por el basket valenciano había sido la cuarta plaza que justo acababa de lograrse de la mano del Dorna Godella. En sus cinco temporadas como primer entrenador con el Dorna Godella y el Costa Naranja, y sus dos temporadas como director técnico del Ros Casares,  Miki Vukovic cosechó para Valencia los máximos galardones en el baloncesto femenino mundial. Nada menos que seis títulos de Liga, seis de Copa, dos Euroligas y un Mundial de clubes.

Pero más allá de los grandes resultados deportivos, Miki dejó en Valencia un legado personal que se mantuvo y continuará impregnando el baloncesto valenciano, a través de quienes pudieron compartir sus experiencias durante todos aquellos años.

Miki Vukovic fue una persona que siempre quiso algo más, como alguien que jamás se conformaba con el resultado. Y debe ser verdad, porque cuando hablan de él dicen que si perdía, quería ganar. Si ganaba de dos puntos, buscaba ganar de diez, y si ganaba de diez, pedía intentar ganar de veinte.  Parecía no tener límite en su ambición y en su búsqueda de la excelencia.

Está definición es importantísima en el mundo de la élite competitiva y Miki la acompañó de un enorme trabajo y talento buscando siembre atender al máximo todos los detalles que rodeaban a sus equipos. Sus preocupaciones no eran exclusivamente técnico-tácticas: abordaban un espectro infinitamente más grande de ocupaciones. Desde las grandes líneas estratégicas a futuro, hasta las pequeñas cuestiones de la convivencia y atención personal de las jugadoras y su entorno.

Todo ese esfuerzo para perseguir el principal objetivo de construir una familia que jugara a baloncesto. Para Miki Vukovic el mejor talento posible no es suficiente para construir un equipo. Sin ese compromiso e implicación que constituye una buena familia no se puede conseguir el entorno adecuado para aspirar a grandes metas ni formar personalmente a la deportista.

Todo ello fue para él un orgullo. Hablaba de sus títulos, pero se le iluminan los ojos cuando contaba que seguía teniendo trato de ‘padre' con algunas de sus exjugadoras, y presumía de la importancia que siempre le dio a la educación de quienes estuvieron a su cargo. El mayor centro dedicado al baloncesto formativo -L’Alqueria del Basket- dio su nombre a una de las principales salas de esa instalación, que ayudará a que este legado de Miki Vukovic siempre esté presente. En la etapa 1995-2000 fue entrenador del primer equipo masculino de Valencia Basket, todavía hoy es el preparador con más partidos y temporadas en el banquillo taronja y además sumó el primer título de la historia del club con la Copa del Rey de 1998. En todo caso, dejó un legado de ambición.

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