VALÈNCIA. El futuro de José Luis Morales en el Levante se enturbia. El Comandante, que finaliza su vinculación granota el próximo 30 de junio y que es libre de negociar con otro club desde la semana pasada, no está dispuesto a aceptar, al menos de momento, la oferta de ampliación de un año más de su contrato, tal y como informó la Cadena SER y pudo confirmar este diario. A lo que, sin embargo, sí está dispuesto el capitán del Levante es a tensar la cuerda.
Del entorno del futbolista emana el deseo de, en caso de renovar, hacerlo por más temporadas y no solo hasta 2022 -aunque con posibilidad de revisar de nuevo ese contrato el enero próximo- y en principio sin un aumento de su fijo salarial. Mientras tanto, el deseo del Levante sigue siendo mantener a Morales en plantilla, lo ha dicho Quico Catalán por activa y por pasiva, y el futbolista lo sabe. Eso sí, este próximo julio el madrileño cumplirá 34 años y ahí es donde, por el momento, las partes se enrocan.
Se abre así un tira y afloja en toda regla que puede extenderse en los próximos meses, si es que el desencuentro no pega un giro inesperado que termine con Morales fuera del equipo este mismo mes de enero, algo improbable y que, desde luego, en Orriols no se plantean. Lo que parece claro es que la parte del Comandante está dispuesta a presionar con la posibilidad de no vestir la camiseta del Levante el curso próximo.
La situación no es nueva. La de Morales es, desde el inicio de la temporada marcada por la Covid-19 -un hecho diferencial que en su caso y en el de otros futbolistas de la plantilla obligan a contener la caja, y más con el coste de plantilla y la reducción de su límite salarial- una de las renovaciones pendientes y paralizadas. También lo fue la de Roger, metida en un cajón hasta que se pudo hacer oficial a principios de diciembre. Eso sí, aún con la tesitura que se abre desde este mes en los despachos de Orriols, el deseo del capitán es volver a estampar su firma junto al escudo levantinista de que lo hiciera por última vez en 2018. Quiere, pero por el momento no a cualquier precio.
El lateral aragonés es otro de los jugadores cuyo contrato vence el próximo junio. Miramón ya admitió que es positivo con poder renovar -todavía con las cifras temporales por confirmar- y según conoce este periódico el asunto lleva un tiempo sobre la mesa, con expectativas de poder acometerse la negociación próximamente.
En lo deportivo, la situación no es precisamente tan clara como la de Morales. Miramón, que terminó la campaña pasada siendo dueño del carril diestro de Paco López, ha perdido protagonismo en esta primera vuelta de La Liga. Tanto es así que probablemente forme parte de una de las posiciones con más dudas del cuerpo técnico: ni el aragonés, ni Son ni Coke tras su entrada con fuerza en los onces parecen hacerse con el puesto de manera inamovible.
En cualquier caso, el lateral entiende que hay predisposición también por parte del club para su ampliación, aunque sea sin retoques significativos de sus emolumentos ni tampoco en materia de tiempo, pues también concluirá la temporada con 32 años recién cumplidos.