Por primer vez en los últimos años el Abierto de Estados Unidos reúne a los mejores jugadores del circuito
VALÈNCIA. Por primer vez en los últimos años el Abierto de Estados Unidos reúne a los mejores jugadores del circuito, con el español Rafael Nadal como número uno del mundo, vigente campeón y hombre a batir por el resto de aspirantes que antes reinaron en Flushing Meadows, como el legendario Roger Federer, Novak Djokovic, Andy Murray y Juan Martín del Potro.
Nada mejor que ver de nuevo juntos a los grandes campeones en la celebración del 50 aniversario de la era "Open" del último torneo de Grand Slam de la temporada.
Una situación que no sucedió el año pasado cuando Nadal se encontró con un cuadro en el que no estaban cinco de los 11 mejores clasificados de la ATP y fue desde el principio hasta el final la gran estrella que terminó por suponer su tercer título en Flushing Meadows.
La historia, a partir del lunes, será muy distinta en cuanto a la participación de las figuras. La presencia de los cinco grandes del tenis mundial hará que el nuevo campeón salga reforzado con todos los honores.
Por primera vez desde el torneo de Wimbledon del 2017, el español Nadal, actual número uno del mundo, el suizo Federer, el serbio Djokovic, el argentino Del Potro y el inglés Murray, que llega de una recuperación larga de lesiones, están listos para el duelo.
Nadal, que no quiso jugar en Cincinnati, tiene la confianza y fuerza física suficientes para defender el título, pero es consciente de que, aunque le ha tocado un cuadro relativamente despejado, la dureza del torneo estadounidense siempre exige al máximo y también el factor suerte es importante.
De momento, Nadal, tras haber ganado en Toronto su trigésimo tercer título Masters 1000, tomó la decisión correcta con el descanso previo al Abierto después de ver como las fuerzas le fallaron en la semifinal de Wimbledon, ante Djokovic.
Nadal ha llegado a Nueva York no sólo como el número uno del mundo sino también más fuerte que nunca y convertido en el jugador completo que puede competir al máximo de rendimiento en cualquier tipo de pista, incluida la rápida de Flushing Meadows.
La nueva regla de los 25 segundos permitidos entre punto y punto será uno de los factores con los que Nadal tendrá que trabajar más la adaptación cuando se encuentre en las pista central Arthur Ashe y ver también como la aplica el juez de silla.
Consciente, además, que Djokovic volverá a ser el rival más complicado que puede tener en el camino. Sin embargo, solo coincidiría con el serbio en la final. Ambos parten de cuadros opuestos.
Lo mismo sucederá con Federer, al que Nadal solo vería en el último partido. Nunca hasta ahora han coincidido el suizo y el español en el Abierto de Estados Unidos.
De nuevo, Nadal, a pesar que habrá otros once españoles más, incluido el veterano David Ferrer, con el que se va a enfrentar en noche inaugural del torneo, será la opción más firme para el triunfo en la 'Armada'.
Federer, segundo favorito, jugará su segundo torneo de la temporada de pista dura en Estados Unidos después de haber perdido la final en Cincinnati frente a Djokovic. Está listo el helvético para recuperar el misticismo que siempre mostró cuando jugó en Flushing Meadows, donde ganó cinco títulos consecutivos de campeón (2004-2008).
Su golpe de derecha no impresionó y tampoco su movilidad, factores que le costaron perder ante Djokovic en Cincinnati, pero si Federer, de 37 años, consigue recuperarse tanto en el apartado físico como sicológico, no hay duda de que tendrá, como el que más, opciones a luchar por el triunfo, por lo que no será un imposible verlo con la sexta corona y la vigésima de un Grand Slam.
Mientras que Djokovic, que asume el torneo como sexto favorito, vuelve a demostrar que es un jugador que está en progreso constante y que ha superado también los problemas de las lesiones que le afectaron el año pasado.
Después de verlo en Montecarlo y en Roland Garros, a donde no llegó en su mejor momento de forma, a medida que han pasado los torneos, y superada la interrogante que dejó en Toronto al perder frente a la joven revelación, el griego Stefanos Tsitsipas, Djokovic vuelve a ser la gran amenaza para todos.
Djokovic, de 31 años, que buscará su tercer título del Abierto de Estados Unidos, quiere unirse también a Federer y Nadal como los jugadores que después de haber cumplido los 30, son capaces de seguir en la cima del tenis mundial tras superar graves lesiones.
Murray, de 31 años, campeón en el 2012, llega como la gran incógnita, pero con él que nadie de los aspirantes al título quiere enfrentarse en las primeras rondas.
Su lenta recuperación de la lesión de cadera derecha, que le obligó a pasar por el quirófano, lo excluye de estar entre los favoritos, pero su sola presencia ya importante.
Con la misma calidad de campeón llega Del Potro; el jugador argentino que se ha superado a si mismo y a las adversidades de las lesiones, ha respondido con una recuperación ejemplar y ganadora, que le hace merecedor a estar entre los favoritos a luchar por el título que ganó en el 2009, único de Grand Slam en su haber.
Del Potro, de 29 años, encabezará la lista de ocho jugadores argentinos que habrá en el torneo, que serán los únicos que representen al tenis latinoamericano.
De los jóvenes valores del tenis mundial que podrían dar el gran salto en el Abierto de Estados Unidos, de nuevo estará el alemán Alexander Zverev, cuarto cabeza de serie.
Mientras que el veterano surafricano Kevin Anderson, quinto, finalista este año en Wimbledon y el 2017 en el Abierto se mantendrá en su línea de encontrar la manera de tener algún protagonismo, como el croata Marin Cilic (7), que ganó el torneo en el 2014.