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análisis | la cantina

Ngetich se hizo estrella en València

19/01/2024 - 

VALÈNCIA. Las zapatillas de Agnes Ngetich, la primera mujer de la historia que ha corrido 10.000 metros, ya sea en una pista o sobre asfalto, en menos de 29 minutos, están en Mónaco, en la sede de World Athletics. Allí las destriparán para ver si esconden alguna trampa que hiciera posible una proeza como la lograda en València el pasado domingo: correr diez kilómetros en 28:46. Su calzado no es el más sofisticado de Adidas, las célebres Pro Evo 1 (a 500 euros el par) con las que Tigist Assefa batió el récord del mundo de maratón el pasado otoño en Berlín, sino un modelo teóricamente inferior. Pero Ngetich, que corrió con las Adizero Takumi Sen 9, ni siquiera utilizó la última versión de este modelo, las Takumi 10.

Las zapatillas de Ngetich no tienen trampa ni cartón. Aunque la atleta keniana, que el martes cumplirá 23 años, sabe muy bien que los récords del mundo deben ser ratificados. Hace unos meses, en septiembre de 2023, fue recibida como una reina en su país después de haber batido en Brasov (Rumanía) el récord del mundo de 10K en una carrera sólo para mujeres, sin liebres masculinas. Pero unos días más tarde, la organización de la carrera celebrada en la región de Transilvania, anunció que aquellos 29:24 no eran válidos porque al recorrido le faltaban 25 metros.

Aquello fue un golpe, pero también una motivación para no fallar el siguiente tiro. Ngetich, que desde hace dos años vive en Iten, donde entrenan muchos de los grandes campeones de Kenia, donde exploran sus secretos atletas y entrenadores venidos de todo el mundo, se preparó a conciencia y anunció al checo Davor Savija, responsable de Ikaika Sports, una agencia de representación, que estaba lista para batir el récord de Yalemzerf Yehualaw. Pero nadie podía pensar que además de rebajar esos 29.15 que logró la etíope en Castellón, iba a darle un bocado de 28 segundos que le llevaría adonde nadie había llegado nunca, por debajo de los 29 minutos.

Ngetich era una desconocida para el gran público. Sólo los fieles seguidores de este deporte sabían que el año pasado, el primero después de empezar a entrenar el anterior como una verdadera profesional, logró una medalla de bronce en el Mundial de campo a través celebrado en Australia y un sexto puesto, mermada por unos fuertes dolores por la menstruación, en el Mundial de pista celebrado en verano en Budapest.

Nadie esperaba que lograra uno de los registros más impactantes de la historia de las pruebas de fondo. Una marca superior incluso a los récords del mundo de Tigist Assefa en maratón y de Letesenbet Gidey, también en València, en medio maratón. Aunque realmente sí había alguien que sospechaba lo que podía venir, Davor Savija. El agente la descubrió cuando era una adolescente que no había cumplido los 16 años y que corría descalza. Savija se atreve a compararla, en una entrevista con ‘Let’s Run’, con la gran Faith Kipyegon, la doble campeona olímpica y cuádruple campeona mundial, además de plusmarquista en 1.500 y 5.000.

Savija la vio tan espigada que la apodó como ‘La Jirafa’ y rápidamente le consiguió un contrato con Adidas, la marca con la que suelen correr los atletas que representa. Ahora, después de celebrar este éxito, se centrará en llegar en un momento óptimo al Mundial de cross, que se celebrará en Belgrado el 30 de marzo. Y después, París.

Pero si hay alguien que puede competir en felicidad con Ngetich y Savija es Álex Aparicio, el hombre que organiza, con recursos más bien limitados, el 10K Valencia Ibercaja. Aparicio, que tiene un perro al que llama ‘Rhonex’, el nombre de Kipruto, el hombre que batió el récord del mundo de 10K en su carrera en enero de 2020, podría limitarse a ganar dinero con una prueba con más de 10.000 corredores. Pero le gusta mucho el atletismo y tiene el hábito de confiar en José Enrique Acuña para traer a grandes atletas a València a un coste ínfimo para ir apropiándose de todos los récords. Ya tiene la plusmarca mundial masculina y femenina de 10K, y también el récord de España de hombres, así que sólo le falta el de mujeres. Lo tendrá.

Hace cuatro años, Aparicio recibió a Rhonex Kipruto con un ramo de flores. Por eso Acuña le llamó el jueves y le propuso hacer lo mismo con Agnes Ngetich. Álex recuerda que no tenía mucho tiempo y que acabó en un bazar chino, donde siempre tienen soluciones para todo. A la atleta de 22 años, poco acostumbrada a este tratamiento de estrella, el detalle le conmovió tanto que se puso a llorar. Durante los días siguientes, Álex se acercaba a Agnes y le gastaba alguna broma cada vez que la veía. Le llevaba patatas fritas en la cena o tenía algún guiño con ella. El último día se acercó y se puso a hablar con ella para decirle una cosa: “Agnes, el domingo, cuando volvamos a vernos en la meta, te recordaré que el ramo de flores te iba a traer suerte”.

Por eso, cuando la flamante plusmarquista mundial de 10 kilómetros se tiró al suelo emocionada, Álex Aparicio se acercó a ella y le recordó aquella conversación. La atleta, feliz y risueña, le abrazó y bromeó con él.

Ya nunca más será una desconocida. En Belgrado y en París será tratada como una estrella, y hasta el día que sea recibida con un ramo de flores, Agnes Ngetich se sentirá agradecida, pero ya no será la primera vez. Ngetich, como Gidey, como Cheptegei, y hasta como Kiptum, forma parte de una generación de atletas con poco más de veinte años que es la primera que contempla València como una referencia de primer orden, una ciudad que ven igual que Berlín o Londres. Eso lo ha logrado ese triunvirato magnífico que llena de estrellas las calles de València entre noviembre y enero. Tres carreras que han puesto a la ciudad en el mapa: el maratón, el medio maratón y el 10K.


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