VALÈNCIA. Era el gran foco. El que apuntaba a la enfermería, en uno de sus momentos de mayor saturación. Con siete heridos se presentaba el Levante ante el Lugo, sobre todo con la duda de cómo iba a responder una zaga cuyo parche fue finalmente Iborra. Las palabras de Javi Calleja en la previa destilaron la realidad de que el peso de la balanza del entrenador se decantaba por la opción experimentada y, aunque la exigencia ofensiva del rival fue sostenida, la improvisada pareja de centrales respondió. Es más, el equipo tiró de su habitual madurez para solventar su 20ª cita sin derrota, igualando el récord del Salamanca en 1997 y camino de las 21 precisamente de Las Palmas, el líder rocoso de esta tempoada, en el 98. Es la quinta marca en este sentido de la historia de la categoría.
El Levante siguió sin convencer a pesar de la sesuda reflexión de su técnico en sala de prensa. El ritmo fue lento y el partido embarrado, borroso en algunos tramos de auténtica helor por más que los de Orriols dominaron de principio a fin con el único punto negro del tanto de Moyano -un golazo con pocos responsables más allá del extremo cordobés- que fue volteado un minuto después, prácticamente sin que el Lugo volviera a tocar el cuero. No obstante, lo cierto es que el equipo se sigue sosteniendo como ya hiciera en otras tesituras de aprietos en el capítulo de bajas. Sin Pepelu, Iborra ni Montiel, y con Róber Pier reeditando su papel en el centro del campo, el Levante ya venció -y esta vez, además, convenciendo- al Granada de Paco López, uno de los rivales directos en la batalla por el ascenso directo.
Y es que ni las bajas hacen al Levante bajarse de su nube, más allá de los derrapes que suponen los empates en la dura carrera por las plazas punteras de la clasificación mientras Calleja espera el regreso de efectivos. El próximo viaje a Huesca esconde tres posibles altas cuyo estado físico determinará la semana de entrenamientos: Álex Muñoz debería llegar tras recuperar su dolencia de adductor, Soldado ya entrenó la semana pasada y Postigo parte con menos posibilidades para recomponer el esguince leve de su rodilla.