Nikola Maras para tapar agujeros

VALÈNCIA. Con 194 minutos minutos jugados esta temporada, todos ellos en Copa del Rey, Nikola Maras llega como recambio de Rubén Vezo, recién salido rumbo a Grecia. Fue la opción que, durante el pasado jueves, activó Felipe Miñambres una vez ejecutó la salida del portugués, que libera una masa salarial importante. Tanto es así que el director deportivo aseguró que todavía resta margen para realizar alguna incorporación fuera de mercado -un mercado que controla el astorgano con las circustancias económicas del Levante en la mano-, aunque por el momento solo ha llegado el central serbio procedente del Alavés. 

"Éramos pocos y ahora aún menos", dijo este viernes Javi Calleja refiriéndose a la salida de Vezo, anterior al aterrizaje de Maras. Sin embargo, el zaguero que llega para sustituir al luso y lo hace sin haber jugado un partido liguero desde hace más de un año. 

Fue el pasado 21 de enero, cuando el Alavés ganó al Racing de Santander es un sendero hacia el ascenso, antes de lesionarse gravemente de la rodilla. Desde entonces, ha sido un futbolista que ha contado realmente poco para Luis García Plaza. Aún así, apunta el entorno del jugador que se encuentra en condiciones de jugar, por lo que se prevé entrará en la convocatoria que el club habría de confirmar este sábado antes de partir hacia Barcelona por la tarde. No se espera, en cualquier caso, que sea una opción primordial para el entrenador. 

Oportunidad para Dela

En realidad, la alternativa directa por la baja de Vezo es Dela. El madrileño ya se encontraba apretando las espaldas del portugués para ganarle en la rotación, aunque Calleja seguía confiando en el '14'. Es el ex del Villarreal el encargado de hacer olvidar a Vezo y Maras, cedido con opción de compra en caso de ascenso, un tapón a un agujero irremediable. 

Hasta final de mercado, después de la negativa del central portugués al fútbol árabe que desveló Miñambres, los despachos del club no tuvieron la posibilidad real de deshacerse de la carga económica de Vezo -quien además concluía contrato este verano y ya era libre de firmar por cualquier club- o de vender a Bouldini, aunque en su caso la entidad de Orriols reclamaba una cantidad que se considerase suculenta para desprenderse de su máximo artillero. Eso sin cerrar ni mucho menos la puerta a su salida, que también parece irremediable este próximo verano por los intereses que el marroquí reúne en Segunda e incluso Primera División.

Calleja "tira la toalla"

Y con el equipo visiblemente debilitado en el cambio de piezas para el eje, Javi Calleja levantó el tono en la rueda de prensa previa al encuentro ante el Espanyol, uno de los a priori favoritos de la categoría que tiene a su técnico en la picota. El preparador granota ya desprendió una evidente autocomplacencia tras empatar frente al Tenerife la pasada jornada y sacó los siete partidos consecutivos sin derrota para tapar, en este caso, el agujero que el Levante ofrece en el césped. 

Entonces sin movimientos esperados en la ventana invernal de transferencias -así lo reconocía el entrenador en ese momento-, hacía mella la ausencia de refuerzos en demarcaciones donde el equipo va justo como los carriles -y así lo reconoce internamente el cuerpo técnico, pues Xavi Grande o la posibilidad de colocar a Álex Muñoz en el lateral son parches coyunturales-. Y Calleja parecía asumir la situación y, con ello, una negativa flotante de que los suyos, por presupuesto o situación económica, no pueden pelear el ascenso directo pese a los vaivenes del resto de oponentes por el regreso a la élite. Ahora, con un central de garantías fuera y una incógnita a despejar por delante, el discurso cala un poco más.