No hay alternativa a Parejo

VALÈNCIA. Errores permanentes en la salida de balón, falta de fluidez, juego espeso... En el futurista Krasnodar-Stadion, con traza de nave espacial, el Valencia gritó en el descuento su clasificación para los cuartos de final de la Liga Europa pero volvió a mostrar síntomas de su dependencia de Parejo. Sin el de Coslada, el Valencia se aburre y sus recreos son aburridos. En medio de la alegría final de Krasnodar, el fútbol del equipo dejó, de nuevo, una certeza que lo acompaña a lo largo de las últimas dos temporadas. No hay alternativa a Parejo. Ese es uno de los agujeros que tiene el proyecto cada vez más sólido de Marcelino. Una carencia a solucionar por la dirección deportiva, que no la ha resuelto antes porque no la consideraba una prioridad.

Su total preferencia por el de Coslada provoca que nunca haya sido urgente para Marcelino la compra de un jugador en esa posición. En su condición de mánager general, el Marcelino entrenador le ha transmitido al Marcelino fichador que esa figura no es necesaria y, claro, después de ese consenso, Pablo Longoria no ha buscado un jugador de esas características en el mercado y Mateu Alemany tampoco ha ejecutado ninguna operación. 

Sin el capitán no hay recambio pero parte de la responsabilidad es de la metodología por la que opta Marcelino. En la plantilla no hay ningún futbolista definido o designado para suplir al de Coslada. Marcelino tiene diferentes opciones a su disposición aunque, eso es cierto, ninguno del perfil de Parejo. Su preferencia absoluta como brújula del equipo por el capitán, la niña de sus ojos, y el minutaje que le concede trae consigo, de rebote, que no haya un relevo preparado para ese puesto ante una situación de emergencia.

Marcelino tiene dobladas todas las posiciones excepto la de su medio centro lanzador. Para esa demarcación entiende que tiene parches. Kondogbia, Daniel Wass o Carlos Soler han jugado, aunque poco, para cubrir la baja del titular. El técnico, sin preferencia por ninguna de estas tres alternativas, ha jugado con todos cuando no ha contado con su favorito. La falta de continuidad o de decisión para escoger un suplente fijo provoca que, sin jugar de forma habitual en esa zona, ninguno de ellos sepa manejarse cuando le toca jugar.

Luego está el asunto de los minutos. Todos los juega Parejo y sin minutos el resto no puede adaptarse a esa posición. Y Parejo, que apenas se lesiona, sólo se pierde algún partido por sanción. La confianza en Parejo se refleja en el minutaje que soporta el capitán, que lleva dos temporadas batiendo récords en este apartado. La temporada pasada disputó 42 partidos, 34 de liga y ocho de Copa del Rey, para sumar un total de 3.584 minutos. En la política de rotaciones de Marcelino tiene bula Parejo. El capitán ha disputado 40 partidos este ejercicio -25 de liga, siete de Copa, cinco de Liga de Campeones y tres de Liga Europa- y sólo ha sido suplente en el primer partido copero ante el CD Ebro. Lleva una carga de 3.372 minutos, 222 más que Neto y 324 más que Gayà, que le siguen en este capítulo estadístico. 

El futbolista idóneo, por proyección, talento y calidad, para relevar o darle descanso a Parejo es Carlos Soler pero Marcelino, en cambio, lo prefiere en la banda y apenas le da minutos como mediocentro ofensivo. Kondogbia, medio centro mixto, demostró en Rusia que tiene problemas en la salida de balón cuando tiene que llevar la voz cantante y Daniel Wass es lateral derecho actualmente. El danés ha tardado en entrar en el equipo mareado con tanto cambio de posición. 

Parejo, que el jueves descansó por sanción en Europa, está apercibido en liga a sólo una cartulina de la suspensión. Ante el Getafe será titular el domingo, pero tiene el riesgo de perderse el duelo ante el Real Madrid o el siguiente frente al Sevilla. Tras lo de Krasnodar, veremos qué opción escoge Marcelino.