Saltar a la arena con un palo

VALENCIA. Lim jugó su partida, invirtió 100 millones en los jugadores de Mendes, le salió mal y a pesar de haber vendido a Gomes, Mustafi, Otamendi y Alcácer por más de 150 millones, sus decisiones arbitrarias siguen repercutiendo de manera negativa en el club. Ahora Lim se ha echado a un lado y le ha empaquetado el marrón de sacar este club adelante a Alemany, Alesanco y Marcelino. Éstos se tienen que apañar con lo que hay. No hay más inyecciones económicas, no hay ingresos por competición europea, hay una plantilla excesivamente costosa y hay que hacer un equipo más competitivo con recortes. A todo esto hay que sumarle el poco atractivo que puede tener hoy un Valencia para un jugador de calidad, ya que no hay ni Europa ni dinero para fichas altas. Mejorar las dos últimas campañas no va a ser complicado, pero pensar en un Valencia en Champions es hoy una auténtica quimera.

En cuanto a las salidas, por supuesto que Alemany, Alesanco y Marcelino son conscientes de que Alves y Enzo han salido por un precio muy por debajo de su nivel futbolístico, pero el grado de desesperación es tan alto, que han preferido quitárselos de encima ya en vez de esperar a una hipotética mejor oferta. Cuando llega el final del mercado y un club quiere sacar a un jugador, y todo el mundo lo sabe, ese jugador acaba saliendo con la carta de libertad. Más vale pájaro en mano que ciento volando, deben haber pensado. Además, el Valencia no se puede permitir tener en plantilla a jugadores tan costosos apartados o sin jugar, necesita liberar esas fichas para poder hacer incorporaciones.

Por último, están tratando de firmar jugadores en posiciones clave al precio más bajo posible. ¡Qué menos que Marcelino tenga un medio centro defensivo! Pues no, a regatear. Ahora mismo nos encontramos en plenas negociaciones por Kondogbia. El asturiano quiere al jugador, el francés quiere venir al Valencia y el Inter quiere sacar al mediocampista. ¿Dónde está el escollo? En el tema económico. Hay una necesidad imperiosa y sin embargo son incapaces de hacer un esfuerzo. El problema es que, al ir mendigando, el Valencia está perdiendo a jugadores que interesaban. Sin embargo, aquí lo que importa no es el equipo ni el objetivo, aquí lo que importa es solucionar el desaguisado que Lim generó el verano de 2015.

Alesanco, Alemany y Marcelino están muy limitados, tienen que saltar a la arena del Coliseo armados con un palo y esto trae unas consecuencias que no gustan a nadie: a un mes de que arranque la temporada todavía faltan varias posiciones clave por reforzar, algunos jugadores se han cansado de esperar al Valencia y buscan otras alternativas y el club se ha visto obligado a malvender a varios de sus activos. Por muy brillantes gladiadores que sean Alesanco, Alemany y Marcelino, les hacen falta armas hoy para conseguir el objetivo mínimo que debería tener este club, entrar en Champions. Ave Lim, morituri te salutant.