Peligro de desconexión

VALÈNCIA. A principios del mes de febrero, Baraja ya advertía de las consecuencias de hablar de objetivos europeos en una plantilla con objetivos como los qaue tiene marcados: "Queda mucho trabajo por delante y me centro en él. Hay que conseguir los objetivos en el campo. Yo podría venir aquí y contaros novelas, pero hay que ganárselo en el campo. Hay que saber de donde venimos y que no hay que generar frustraciones y tensiones absurdas".

Tras el empate ante el Mallorca quedó un regusto amargo. Los cálculos sobre el papel decían que el Mallorca vendría con la cabeza en la final de Copa que ha de afrontar en 7 días y el triunfo sería propicio. Sin embargo, una cosa es la teoría y otra bien distinta la realidad. Quizá por eso quedó en el ambiente un sabor a cierta frustración.

Precisamente esa sensación es la que quiso evitar Rubén Baraja en la rueda de prensa posterior al partido. El entrenador valencianista habló en todo momento de concederle al punto el valor necesario: "Intentamos ganar cada partido, simplemente a veces no se le da el valor que realmente tienen las cosas. Llevamos sin perder en casa desde septiembre, hemos hecho portería a cero contra un buen equipo, hemos dado todo lo que teníamos. Quiero que se valore esto. Hemos dado el máximo y esto nos tiene que dejar tranquilos, satisfechos no, pero tenemos que gestionar esto porque es importante".

Y en ese mismo sentido, siguió incidiendo: "Podéis hablar de lo que queráis (en referencia a Europa), yo tengo que tener los pies en el suelo y tener humildad. Veo que el equipo se esfuerza, al gente viene con la ilusión de ver cómo trabajan estos chicos... Me gustaría ganar como a todo el mundo, a veces no tienes acierto y eso no hace que me tenga que ir frustrado. Al final es normal que el público quiere ver ganar a su equipo pero cuando haces todo lo que puedes hacer para ganar el partido. Siempre hemos ido hacia adelante, un poco de riesgo que podías perderlo... no se puede reprochar nada a este equipo ni al resultado, nos hubiera gustado ganar, pero es importante no confundir el esfuerzo con el resultado". 

El mensaje de Rubén Baraja es claro porque existe la posibilidad de que el equipo llegue a las jornadas finales en tierra de nadie. Así que el entrenador teme que perder de vista la motivación que suponía luchar por Europa haga que el equipo emborrone su meritoria campaña al final de la temporada.

El propio Baraja incidió en el mensaje de que en el pensamiento colectivo reside de manera prioritaria la manera en cómo acabes las temporadas: " en el fútbol lo más importante son los postres, que son los nueve o diez últimos partidos de Liga, y por ello hay que seguir sumando puntos para acabar bien la temporada".

La obsesión de Baraja al preparar la temporada desde este verano, una vez limpió el vestuario, estaba centrada en un concepto prioritario: "competir". Dándole valor a puntos como el conseguido ante el Mallorca, el entrenador valencianista, aspira a que su plantilla valore cada partido y no entre en la desidia de dejarse llevar si se escapa la lucha por Europa.

En condiciones normales, los tres puntos de Granada serán fundamentales para mantener viva la llama de la esperanza de luchas por posiciones europeas. De lo contrario Baraja va a tener por delante una titánica pelea para que el grupo -si queda en el último tramo sin objetivos- no se deje llevar y emborrone la campaña.