ALICANTE. No es la primera vez que pasa en un terreno de juego y no será la última.
Carlos Martínez y Jona Mejía protagonizaban la anécdota negativa de la victoria ante el Ebro, al querer los dos ejecutar la pena máxima cometida en el añadido del partido por Liam Ayad sobre el primero.
El delantero barcelonés, autor del primer tanto del encuentro, rechazó cederle el balón a su compañero, un gesto que no pasó desapercibido para nadie y que incluso provocó los pitos del público. Carlos Martínez convirtió el penalti y, no obstante lo anterior, fue felicitado entre otros por el futbolista malacitano hacia el que, una vez el árbitro decretó el final del choque y todos enfilaron el túnel de vestuarios, muchos de sus compañeros se deshicieron en gestos de cariño.
En la rueda de prensa posterior al partido, Jesús Muñoz reducía a "circunstancias" del mismo lo sucedido y elogiaba a ambos futbolistas.
Máximo goleador