VALÈNCIA. La eliminación en semifinales de Eurocup ha trastocado todos los planes iniciales. Una vez más, Valencia Basket no ha logrado su objetivo y deberá negociar su billete a la Euroliga en los despachos. Su futuro en la competición dependerá, en gran medida, del campeón de la Eurocup y de una posible ampliación a 20 equipos.
La eliminación genera incertidumbre
La Fonteta se ha despedido para siempre de las competiciones europeas. Hapoel Tel Aviv eliminó a los ‘taronja’, poniendo fin a una historia con más de 200 partidos continentales en este pabellón. Ahora, el testigo lo recogerá un Roig Arena que aún no sabe con qué torneo se estrenará.
El camino más directo para resolver esa incógnita pasaba por conquistar la Eurocup, pero esa opción ya no existe. Por lo tanto, el club tendrá que buscar su plaza en los despachos, como ha sucedido en varias ocasiones en los últimos años.
Dependencia de factores externos desde 2020
Desde 2019, cuando se logró el último título en la segunda competición continental, Valencia Basket ha tenido que negociar en repetidas ocasiones su participación en Euroliga. A pesar de la ausencia de méritos deportivos, factores externos han terminado favoreciendo su inclusión.
Primero, la pandemia de 2020 alteró los planes de la Euroliga. La competición se suspendió en la temporada 2019-2020 y se decidió mantener a los mismos equipos para la siguiente campaña. En ese curso, Valencia se quedó a las puertas del Playoff y perdió su plaza, regresando a la Eurocup al año siguiente.
En su vuelta a la competición ‘azul’, al igual que esta temporada, cayó en semifinales, quedándose sin clasificación. Sin embargo, el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania propició la expulsión de los equipos rusos, lo que permitió que los ‘taronja’ recibieran una ‘wildcard’ para la 2022-23.
Algo similar ocurrió el curso pasado. Gran Canaria, pese a proclamarse campeón de la Eurocup en 2023, renunció a su plaza en Euroliga, lo que permitió a Valencia Basket mantenerse en la competición por segunda temporada consecutiva.
Este año, la hoja de ruta era clara: ganar la Eurocup y asegurarse la plaza por la vía deportiva. Pero Hapoel frustró esos planes asaltando la Fonteta, obligando a los valencianos a depender, una vez más, de factores ajenos.
La ampliación a 20, la gran esperanza de Valencia Basket
Para la próxima temporada, el panorama parece algo más favorable que en otras ocasiones. La inauguración del Roig Arena es un punto a favor en la consideración de la Euroliga, aunque actualmente no hay plazas disponibles. Ahí es donde entra en juego la ampliación.
Las últimas informaciones apuntan a que la Euroliga aumentará a 20 equipos su participación la próxima campaña, lo que abre una oportunidad para Valencia Basket. Además, se rumorea que Alba Berlín podría perder su sitio, dejando un hueco extra y elevando a tres las vacantes.
Dos de ellas parecen adjudicadas. Una apunta a Dubai, que firmará un acuerdo de participación por tres años. Otra, para el campeón de la Eurocup, un factor que también influirá en las opciones de Valencia.
Gran Canaria, un factor a tener en cuenta
Si el título lo gana Hapoel Tel Aviv, la invitación a los ‘taronja’ parece prácticamente garantizada. En cambio, si Gran Canaria se proclama campeón, la situación se complica. Si los insulares aceptaran su derecho a jugar Euroliga, la presencia de cinco equipos españoles dificultaría que los valencianos fueran invitados.
Aunque, no parece probable que los canarios den ese paso. Ya rechazaron la invitación en 2023, y su situación económica sigue sin permitir afrontar los altos costes que conlleva la Euroliga sin comprometer la competitividad del equipo.
Por lo tanto, Valencia Basket tiene bien encaminada su presencia en la máxima competición continental, pero ya no depende de sí mismo. Cualquier sorpresa, como que Gran Canaria decida aceptar su plaza en caso de vencer a Hapoel, dejaría a los ‘taronja’ contra las cuerdas, obligándolos a estrenar el Roig Arena en la Eurocup.
No cumplir los objetivos deportivos tiene consecuencias: la incertidumbre en los despachos. Las negociaciones con la Euroliga nunca son una garantía, y además, pueden retrasar la planificación de la plantilla hasta que la invitación quede confirmada.