Baloncesto

El Valencia cumple con estilo: engancha, compite, va a la Euroliga y se va de la Fonteta

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VALÈNCIA (EFE). El Valencia Basket puso fin este miércoles a su temporada al perder con el Real Madrid en la final de la Liga Endesa y cerró un curso en el que ha cumplido con un estilo propio sus objetivos al reconectar con su afición, competir, lograr una plaza estable en la Euroliga y despedirse de la Fonteta para trasladarse al Roig Arena.

Tras el amargo cierre de la etapa de Álex Mumbrú en su banquillo, el club apostó por recuperar a Pedro Martínez como técnico para que su aura tras haber llevado al club al título de la acb de 2017 le ayudara a cerrar la creciente brecha con su afición.

El técnico ha cumplido con creces instaurando un estilo de juego rápido y atrevido que ha reenganchado a los seguidores con una defensa agresiva, hambre por el rebote, rápidos contrataques y muchos triples.

Además de atractivo, el juego del Valencia Basket se ha mostrado muy eficiente en las fases regulares, tanto de la acb como de la Eurocopa, y ante rivales de menor presupuesto pero lo ha sido menos en choques decisivos como los cuartos de la Copa, el tercer partido de la semifinal de la Eurocopa o el tercero de la final de la Liga Endesa.

Tras acabar ese último encuentro, el entrenador no quiso hacer una valoración profunda de la campaña pero sí que dijo que esperaba que se hubieran “sentado las bases” de un proyecto y de un estilo de juego.

El principal objetivo deportivo del Valencia esta campaña era conquistar la Eurocopa para tener asegurada una plaza en la próxima Euroliga y poder negociar sin tanta presión una plaza estable en la máxima competición europea.

La eliminación ante el potente Hapoel Tel Aviv le dejó sin esa baza, pero el anuncio por parte de la NBA y de la FIBA de una próxima competición conjunta en Europa, hizo que la Euroliga tuviera mucho más interés en amarrar el proyecto del Valencia y hace unas semanas cerraron un acuerdo para las tres próximas campañas.

Esa negociación permitirá al Valencia cumplir otro objetivo: estrenar el Roig Arena la próxima campaña en la máxima competición europea masculina.

Tras casi 38 años en la Fonteta, el club se trasladará este verano al pabellón que ha construido su máximo accionista Juan Roig en una parcela municipal.

A falta de un último acto este domingo, que incluirá un partido entre leyendas del club y otro equipo de leyendas del baloncesto español, el Valencia ha dicho adiós con cariño y acierto de la que ha sido su casa durante casi cuatro décadas.

Durante todo el curso el club ha firmado una cuidada despedida por capítulos del recinto dando protagonismo a las historias que su seguidores han vivido en la Fonteta.

Con el hándicap de no saber cuál iba a ser el último encuentro, la entidad asumió que el del miércoles podía ya serlo y aceleró el adiós con la confección de ocho mil camisetas con el lema ‘Gràcies Fonteta’ que sirvieron para teñir de ‘taronja’ las gradas del recinto una última vez.

También ha incluido un guiño al recinto en la letra de su nuevo himno. “Som la gent de la Fonteta’ canta La Fúmiga en La Promesa, una canción que sido la guinda a un curso en el que Valencia cumplió sus objetivos e instauró un estilo.

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