VALÈNCIA. La renovación de Dani Cárdenas ya es una realidad. Después de alrededor un año de espera, el meta de Terrassa tiene su mejora contractual y su renovación una temporada más -hasta 2025- de la que estaba estipulada en su último contrato, firmado en 2020 (hasta 2022 más otras dos opcionales). Eso sí, la delicada situación deportiva actual del Levante hace a club, agentes y futbolistas pensar en un hipotético descenso, cercano a juzgar por la distancia que existe con la permanencia tras la derrota de este sábado en El Sadar. Cárdenas está asegurado en caso de perder la categoría. Si bien es cierto que reduciría su nueva cláusula de rescisión si el Levante es equipo de Segunda División, el contrato del catalán se mantendría ligado al Ciutat. Es algo que no ocurre con otros futbolistas como Morales, Clerc o Campaña, con diferentes situaciones ante un posible escenario en la categoría de plata.
Sin embargo, el Levante blinda su portería a prueba de la bomba que supondrá el posible próximo descenso. Con Cárdenas, Felipe Miñambres ve cómo se cierra un capítulo vivo desde mucho antes de su aterrizaje en los despachos de Orriols. El portero de Terrassa, que era de los peor pagados de la plantilla tras su irrupción en Valladolid el 27 de noviembre de 2020, pidió a finales del curso pasado que se revisara su contrato. El mes de marzo de ese mismo año, antes de su debut oficial en Liga con el primer equipo a las órdenes de Paco López, Cárdenas había rubricado su última renovación. Esos dos años adicionales a 2022 eran aplicables de manera unilateral por parte del club. Es decir, Quico Catalán podía apretar el botón para alargar el contrato hasta 2024, pero no quiso hacerlo sin antes llegar a un acuerdo con el meta y atender su petición.