VALÈNCIA. Todavía lejos de la "fase inicial" de los diez primeros partidos temporada de la que habitualmente habla Julián Calero -ese primer período para empezar a dilucidar bajo qué objetivos podrá moverse un equipo en Segunda División- el Levante viajará este fin de semana a Zaragoza para entablar uno de los enfrentamientos estrella de lo que va de curso. Dos de los mejores del arranque liguero, por más que el conjunto maño haya caído de la cabeza por su derrota en Burgos, se verán las caras en La Romareda por coger el cetro de los aspirantes sorpresa al ascenso.
Nadie en la planta noble del club granota ha transmitido a Calero que la obligación sea regresar a la élite esta temporada. En tal caso, "las exigencias hubiesen sido mucho más altas" porque "si quieres correr en Fórmula 1, me tienes que dar un Ferrari", dijo el técnico de Parla en una entrevista esta semana en Plaza Deportiva. El madrileño no tiene, a priori, el bólido que le lleve directo a la lista de aspirantes obligatorios al ascenso. Sí tiene, no obstante, el mejor bagaje de la categoría en los primeros cinco encuentros de campeonato. Nadie es mejor que este Levante, que comparte liderato con el Racing de Santander, y que vuelve a saborear la primera plaza de Segunda siete años después.