VALÈNCIA. Jorge De Frutos, otro de los futbolistas del Levante que atraviesa este febrero su mejor momento de la temporada. Quizá por ahí se explique también la fotografía actual del equipo de Javi Calleja, enrachado hasta los 17 encuentros invicto y, por fin, amarrado a las posiciones de ascenso directo tras la victoria en Cartagena. El segoviano enlaza varios partidos a un nivel más que destacable después de un arranque de temporada del todo titubeante. El fin de la recuperación de su lesión del pie derivada de la campaña anterior coincidió con el tembleque de la 'era Nafti'. Fueron momentos duros para el extremo, que había acabado restando en Orriols tras el famoso tira y afloja de Felipe Miñambres con el Getafe, club que se acogió sin mesura precisamente a la lesión del jugador para intentar abaratar una operación ya de per se reducida en beneficios para el Levante.
Sin embargo, la realidad es que el deseo de De Frutos fue, en su momento, recalar en el Coliseum y mantener su carrera en la élite. Más todavía después de ser de los mejores del equipo en la temporada del descenso y con la obligación de ventas presupuestadas que entonces apretaba -y sigue haciéndolo- a la entidad valenciana. Tras el cierre de la primera persiana, se llegó a plantear el recién cerrado mercado de invierno como una nueva ventana para que el '18' granota volara a la capital, pero en cualquier caso De Frutos nunca se plantó ante el Levante para forzar su salida. Se quedó y el arranque de temporada no fue positivo: del pensamiento general en el vestuario de vivir un curso de ensueño a la fría realidad de deambular sin resultados por la categoría de plata.