ALICANTE. Decía la semana pasada Quique Hernández que el Hércules tenía "en japonés" el clasificarse para el 'play-off' de ascenso, pero después del enésimo naufragio, esta vez ante el segundo por la cola, las opciones de los blanquiazules de terminar la Liga regular entre los cuatro primeros pasan por saber lenguas muertas y dónde se oculta el unicornio para beber de su sangre.
No imposible, pero sí difícil se le ha puesto también al equipo de Visnjic la clasificación para la próxima edición de la Copa del Rey. Lo anterior es un objetivo deportivo menor para un Segunda B como el Hércules, pero desde el punto de vista económico, los dos últimos cursos, esa competición ha permitido pagar no pocas nóminas de los jugadores tanto de la actual plantilla como de la pasada, gracias a que se alcanzaron lo dieciseisavos en la 2016/17 y los treintaidosavos en la 2017/18, y las bolas calientes depararon dos emparejamientos atractivos: frente al Barça a doble partido el curso pasado y un derbi con el Elche a partido único en el Rico Pérez este.